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Guinea Ecuatorial: de la
política económica a la
política de
hidrocarburos (DT) |
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José Mª Marín Quemada
DT Nº 26/2007 - 14/06/2007
Resumen
El país se encuentra en un momento delicado
que demanda cambios notables y actuaciones
económicas rigurosas para no incidir en
costes futuros demasiado altos y en plazos
de recuperación, también sociales, demasiado
largos. Guinea Ecuatorial cuenta con una muy
importante generación de riqueza y de
financiación pública en base a la
explotación de los recursos de petróleo y
gas, que proporcionan un alto nivel de
renta. En consecuencia, la economía se ha
especializado en exceso y reclama una
urgente diversificación. La presencia, muy
notable, de las compañías internacionales,
añade potencialidad al sistema pero también
aumenta las dificultades para la toma de
decisiones y suma matices diversos en un
modelo político caracterizado por la
debilidad institucional. Las prácticas
irregulares ocupan un espacio notable y
requieren de medidas urgentes para su
erradicación. Al tiempo, las carencias son
graves y los indicadores sociales y de
pobreza muestran severos problemas
estructurales y de distribución de renta.
Por otra parte, las cifras referidas a las
macromagnitudes básicas y a los ingresos
públicos, en apariencia resultan
cuestionables.
Por tanto, el diseño de la política
económica en general y la administración de
los recursos procedentes de los
hidrocarburos constituyen retos que
encierran a su vez un conjunto potente de
instrumentos de actuación. Los ingresos
públicos, en su práctica totalidad
procedentes del petróleo y del gas, si son
eficientemente administrados, pueden
transformar el país en pocos años, pero para
ello será necesario establecer programas de
mayor transparencia y eficacia que los
actuales, algunos de los cuales se sugieren
en este trabajo.
Introducción
Guinea Ecuatorial está en tránsito desde una
economía tradicional, centrada en madera,
cacao y poco más, hacia una situación
distinta dominada por la presencia de los
hidrocarburos.
La influencia de las exportaciones de gas y
petróleo son, al mismo tiempo que
indudablemente positivas, la causa más
notable de la existencia de un riesgo
sistémico que hay que controlar, en un
escenario con dificultades políticas y
sociales, a la vez que con profundos
desajustes económicos. Al tiempo, Guinea
Ecuatorial tiene instituciones aún débiles,
que debe reforzar mediante una adecuada
distribución del poder político, hoy
demasiado concentrado, lo que además de
otras consideraciones, implica riesgo
económico.
La gestión eficaz de los hidrocarburos y de
los ingresos procedentes de esa actividad y
la presencia de numerosas compañías
internacionales, pueden aportar mucho de lo
que Guinea Ecuatorial requiere. Pero no es
fácil administrar un proceso con tantos
intereses a considerar y dificultades a
evitar. Seguramente, la inversión en
educación, en sanidad, en infraestructuras,
es decir, la distribución más equitativa de
la renta, son los retos inmediatos, además
del refuerzo institucional ya comentado.
Pero hay más desafíos, desde impedir que el
aumento de las entradas de divisas cause
efectos negativos sobre la inflación y sobre
la competitividad de los bienes y servicios
no petroleros, hasta el riesgo de dar
prioridad exclusiva a esos hidrocarburos,
desatendiendo y olvidando las producciones
más tradicionales, que están mucho más cerca
de la población. Se trata de diversificar la
economía incorporando nuevas actividades a
la vez que se potencian las antiguas.
Las políticas monetarias y fiscales, también
desde luego la actuación presupuestaria a
través del manejo de las finanzas públicas,
tienen muy amplio margen. Las políticas
sectoriales y microeconómicas lo tienen todo
por hacer. Ahora hay que añadir la voluntad
política y el rigor necesario para una
positiva acción de gobierno.
Situación económica: las luces y las sombras
Guinea Ecuatorial es un país pequeño, con
poca población pero con historia e identidad
propia. El crecimiento del PIB en el periodo
2003-2006 marca incrementos nominales altos,
hasta del 30%, siempre con origen en las
exportaciones de hidrocarburos, que se han
visto acompañadas durante estos últimos años
por un notable aumento de sus precios en el
mercado internacional. El Banco de los
Estados de África Central, BEAC, maneja
estimaciones de crecimiento nominal hasta
del 20% para los años 2006-2007, cifras que
probablemente no resultan excesivas,
especialmente para 2007, año en el que como
se comentará más adelante, ha entrado en
producción un nuevo campo petrolífero. Por
otra parte, conocer con precisión las
variaciones en los precios, no es tarea
fácil. En cualquier caso, según datos del
Banco de Francia[1], entre 1995 y 2005, el
PIB se ha podido incrementar a una media
anual entorno al 29%, que es la cifra más
alta de toda la zona de influencia del
franco de las antiguas Colonias Francesas en
África, zona CFA, que incluye a Guinea
Ecuatorial a pesar de no haberlo sido.
Durante estos últimos años, 2003-2006, la
inflación “oficial” se ha podido mantener
algo por encima del 5%, en parte por las
actuaciones del BEAC, que determina la
política monetaria de la zona. Esta tasa es
elevada en comparación con la de otros
países del entorno y, en ocasiones
recientes, ha doblado la de los países del
franco CFA.
La balanza comercial refleja notables saldos
positivos y la de servicios resulta ser
negativa, siempre como consecuencia de los
efectos de las exportaciones de
hidrocarburos y el pago de los servicios
asociados a su exploración y producción.
El petróleo y el gas presentan un efecto
ubicuo sobre el cuadro macroeconómico, en el
que se reúnen indicadores positivos y
negativos de una realidad profundamente
desequilibrada. La exploración y producción
de petróleo y gas impulsan el sector de la
construcción y de algunos servicios, pero
por el momento no se proyectan más allá,
siendo la agricultura la menos afectada por
el progreso económico, perdiendo
competitividad de año en año, lo que también
sucede con la pesca, la actividades
forestales o la industria básica[2] al ser
sectores alejados de los hidrocarburos. Esta
situación, unida a la apreciación del tipo
de cambio y las presiones de precios en
algunas actividades próximas al petróleo y
gas han producido la aparición de la
“enfermedad holandesa” y de sus
consecuencias.
Los desequilibrios, que son profundos, se
están traduciendo en una pérdida de valor de
todas las actividades más tradicionales,
silvicultura, pesca, ganadería, etc., que
apenas aportan algo más del 3% del PIB. La
industria no ligada al petróleo, aporta
menos del 5%, lo mismo que el sector
terciario. En síntesis, más del 90% del PIB
debe atribuirse directa o indirectamente al
petróleo y gas, sin que sus beneficios se
hayan extendido, como hubiera sido deseable,
hacia el resto de actividades. Más adelante,
en este trabajo, se incluye un análisis de
la aportación de los hidrocarburos al PIB,
que introduce, además, interrogantes
notables por lo que a las cifras se refiere.
Las reservas de divisas se han ampliado en
forma positiva hasta llegar en 2006 a
superar los 2.600 millones de dólares, más
del doble que un par de años atrás, al
tiempo que la deuda externa se ha ido
reduciendo por la aplicación de los recursos
petroleros, como se aprecia en el Cuadro 1.
En términos comparativos de análisis
internacional, en la misma zona geográfica,
Guinea Ecuatorial, con mucha menor
población, presenta un PIB similar al de
Gabón y al del Congo y la mitad del de
Camerún. En términos per cápita, el PIB es
tres veces mayor que el del Congo. En
crecimiento porcentual, el de Guinea
Ecuatorial es, en los últimos años, el más
alto de la zona.
La publicación a principios de 2007 del
Índice de Libertad Económica[3] proporciona
nuevos motivos de reflexión. Como es sabido,
el índice valora y clasifica a los países
combinando aspectos de restricciones a los
inversores extranjeros, intervención del
gobierno en la economía, respeto a los
derechos de propiedad, grado de corrupción,
políticas monetarias y fiscales, etc. En su
última edición, Guinea Ecuatorial está
situada en el puesto 128 de 157 países, por
detrás de Yemen, Malí, Níger o Mauritania.
La posición es mala y marca, desde otra
perspectiva, lo mucho que queda por hacer.
El índice lleva trece años publicándose y
Guinea Ecuatorial aparece desde 1999. Desde
entonces hasta hoy ha ido avanzando alguna
posición, pero la mejora es muy débil.
El análisis de los indicadores per cápita
requiere un comentario adicional sobre las
estadísticas de población. Según los
organismos internacionales, Naciones Unidas,
Banco Mundial, Fondo Monetario
Internacional, el número de habitantes se
sitúa en torno a 503.000 para el año 2005,
pero los datos oficiales del país doblan
esta cifra y manejan un número de personas
que supera el millón en base al último censo
realizado en el año 2002. La disparidad,
seguramente se explica, al menos
parcialmente, por la importancia de la
inmigración desde Nigeria y otros países del
entorno. No obstante, dada la calidad de las
estadísticas locales, se ha preferido
utilizar los datos de los organismos
internacionales, pero debe señalarse como
una tarea urgente elaborar internamente
series de datos rigurosas, disponibles con
facilidad. La calidad estadística, además de
conseguir el aumento del respeto
internacional y de proporcionar al país
características de mayor rigor y solvencia,
permitiría realizar análisis, tanto externos
como del propio Gobierno, más exactos. La
reciente creación en Guinea Ecuatorial del
Instituto Nacional de Estadística, es sin
duda una acción que aunque tardía resulta
esperanzadora, siendo ahora necesario dotar
a la institución de la independencia y de
los medios necesarios.
Sin embargo, la situación económica
anteriormente descrita, con sus luces y sus
sombras, si pudiera analizarse de forma
aislada sería en cualquier caso mucho más
positiva y esperanzadora que la otra
realidad de subdesarrollo y condiciones
negativas de vida de gran parte de la
población, que denota una ineficacia notable
en lo que a la administración de los
recursos se refiere.
Las ventajas de las zonas monetarias
supranacionales
En 1985, Guinea Ecuatorial se integró en la
zona del franco CFA. Años después, en 1994,
se creó la Communauté Économique et
Monetaire de L´Afrique Centrale, CEMAC, de
la que Guinea Ecuatorial pasó a formar
parte. La CEMAC, agrupa a seis países[4] y
es una prolongación en el tiempo de la zona
monetaria común que también había supuesto
el nacimiento del BEAC. En Malabo tiene su
sede el Parlamento Comunitario de la CEMAC,
lo que es un factor institucional positivo.
Los objetivos de la CEMAC son establecer una
unión solidaria entre sus miembros, la
promoción de los mercados nacionales, la
armonización de los proyectos comunes, el
desarrollo de las regiones más
desfavorecidas y la creación de un mercado
común en la zona, objetivos que en su mayor
parte no se han alcanzado y sobre los que,
por otra parte, no cabría mostrarse muy
optimista en el medio plazo.
Sin embargo, la inclusión de Guinea
Ecuatorial en el BEAC ha proporcionado al
país estabilidad cambiaria ya que el Banco,
como autoridad monetaria, mantiene paridad
fija con el euro y regula el tipo de cambio
frente al resto de las monedas. El Banco de
Francia, a través del Tesoro Francés,
mantiene una fuerte influencia práctica
sobre el BEAC y también sobre otra
institución similar, el Banco Central de los
Estados de África del Oeste, BCEAO[5], que
es banco emisor de otro franco CFA, distinto
al emitido por el BEAC.
El franco CFA es denominación común de dos
monedas distintas que no son directamente
intercambiables, una de las cuales circula
en los seis países del BEAC, y por tanto en
Guinea Ecuatorial, y la otra en los ocho del
BCEAO. Técnicamente, para diferenciar ambas
monedas se utiliza la denominación XAF,
franco de la Cooperación Financiera en
África Central, para los seis países del
BEAC y XOF, franco de la Comunidad
Financiera Africana, para la zona del BCEAO.
Antes de la implantación del euro la paridad
se establecía, para ambas monedas, con el
franco francés y a partir de enero de 1999
quedó fija, un euro igual a 655,957 francos
CFA, oscilando frente al dólar y las demás
divisas a través del euro[6].
A efectos de Guinea Ecuatorial, su
integración en el BEAC le garantiza la
emisión de moneda, el buen funcionamiento
del sistema de pagos, la estabilidad
cambiaria y la definición general de la
política monetaria. Todos estos factores han
sido positivos para el país y lo seguirán
siendo en el futuro, especialmente frente a
la alternativa de una moneda guineana
autónoma. Por tanto, razones de dimensión
geográfica y de rigor en las prácticas
monetarias aconsejan la continuidad del
sistema. Ahora bien, una paridad ligada al
euro, unido a la sobredependencia económica
de petróleo y gas, encarece las
exportaciones más tradicionales. Para las
salidas de hidrocarburos, el efecto es menor
al estar éstos nominados en dólares y
dirigirse en su mayor proporción a mercados
distintos de la zona euro. Por otra parte,
en sus relaciones con la Unión Europea,
Guinea Ecuatorial cuenta con las ventajas de
ser firmante del acuerdo Cotonou desde 2000.
La red de bancos comerciales que operan en
el país es muy reducida. Únicamente Societé
Genérale de Banque, el CEEI Bank[7] y el
BGFI Bank[8] se mantienen activos aunque
cortos de sucursales y con poco negocio
tradicional. Esta estructura bancaria, aun
considerando la dimensión del país y su
población, es reducida y añade dificultades
al acceso a la financiación. Por otra parte,
los usos bancarios están poco desarrollados.
Recuérdese que sólo a partir de enero del
2005 se empezó a pagar a los funcionarios
del sector público a través de cuentas
bancarias y en la práctica, sólo un muy
reducido número de ciudadanos opera a través
de los bancos.
La cantidad de dinero, medida en términos de
M2[9], presenta unos incrementos muy altos
durante el periodo 2003-2006, que sin duda
está presionando los niveles de precios de
determinados bienes y servicios que, por
otra parte, no deben estar al alcance de la
mayoría de la población, dibujándose una
posible “inflación dual”, una variación de
precios alta que afecta a los bienes y
servicios más escasos y de mayor nivel,
junto con otra mucho más reducida en torno a
los bienes de consumo más general. La
inflación “oficial”, refleja más la
evolución de los precios en este segundo
grupo, algunos de los cuales están
controlados por el gobierno[10].
La expansión del gasto público y la
conveniente implantación de una actuación
distinta en materia fiscal
El sistema fiscal ecuatoguineano está
inspirado en el modelo español de hace más
de una década. Los instrumentos fiscales se
utilizan muy poco, perdiéndose con ello una
herramienta que podría ser mucho más útil.
En la práctica, la totalidad de la
recaudación surge de los pagos provenientes
de las actividades de los hidrocarburos y
apenas nada del pago de otros impuestos. Es
de destacar la introducción en 2005 del
impuesto sobre el valor añadido. A pesar de
lo variado de los impuestos existentes y de
la potencia teórica de alguno de ellos
(cuadro 2), en política fiscal no se ha
avanzado nada, además de ser bajo el
cumplimiento fiscal de las rentas más altas.
Las finanzas públicas, por razones de
hermetismo local, no son fáciles de
analizar. Los ingresos provenientes de los
hidrocarburos nutren seguramente más del 90%
de los recursos. El superávit presupuestario
está por encima del 20% del PIB, lo que
llama la atención en un país en el que hay
tanto por hacer en dotación de
infraestructuras o en establecer programas
de formación, que son claves para dotar al
país de la capacitación imprescindible para
afrontar las necesidades, no ya las de
futuro, sino las del presente. La educación
es capital, pero no recibe aún tal
consideración.
Debe avanzarse mucho más en el diseño de los
programas de gasto y en disciplina
presupuestaria. Los progresos conseguidos en
2005-2006 no son suficientes y tanto en
eficacia en la recaudación, como en
transparencia, equidad fiscal y utilización
de fondos públicos, hay mucho por hacer.
Dado que Guinea Ecuatorial, por sus niveles
de renta, no puede beneficiarse directamente
de las ayudas del FMI, debe continuar
dedicando parte del excedente presupuestario
a la amortización de la deuda externa, pero
prioritariamente a una política expansiva
del gasto orientada hacia el bienestar de
los ciudadanos – que en este caso, es salir
de la pobreza y de sus consecuencias - al
tiempo que cuide las tensiones
inflacionistas que se pueden producir,
poniendo en riesgo los beneficios de las
políticas presupuestarias.
Recientemente, el FMI ha elaborado un modelo
matemático de sostenibilidad fiscal para el
país[11] cuya asunción puede resultar de
utilidad, con el objetivo de maximizar la
función de bienestar social en varios
escenarios en los que se matiza la
importancia y continuidad en el tiempo de
los ingresos por hidrocarburos. El modelo
aconseja acumular reservas y relanzar el
gasto en bienestar.
La situación actual de bonanza en los
ingresos públicos, está focalizada como ya
se ha dicho en los hidrocarburos, sector de
precios volátiles. Los yacimientos de
petróleo y gas natural, a partir de un
momento, presentarán rendimientos
decrecientes, pero en el caso de Guinea se
neutralizarán ampliamente con probables
nuevos descubrimientos. Por tanto,
previsiblemente los ingresos procedentes de
los hidrocarburos seguirán siendo
importantes durante los próximos años, y
deberían aprovecharse para estimular otras
actividades y financiar políticas económicas
distintas basadas en programas plurianuales.
Además, para evitar algunos de estos
riesgos, y junto a otras actuaciones,
seguramente resultaría de utilidad crear un
fondo con los excedentes. Este fondo debería
situarse en el exterior del país bajo una
administración despolitizada y al servicio
de objetivos claros de orden estrictamente
económico y social. Además, con ello se
aportaría transparencia y solvencia a un
sistema en el que la corrupción ha ocupado
notables parcelas de la vida pública. El
fondo se dotaría con una combinación de
recursos procedentes del superávit
presupuestario y, deseablemente, de ingresos
provenientes de las actividades de
hidrocarburos. Estos fondos de ahorro
existen en distintos países[12] y presentan
buenos resultados prácticos.
La necesidad de redistribución de la renta y
la precaria situación de la población
En valores absolutos los niveles de PIB en
Guinea Ecuatorial son altos. Bastante más
cuando se calculan en términos de paridad de
poder adquisitivo. Desde luego mucho más
altos que los niveles de otros países del
entorno. El grave problema es la
redistribución de la renta.
El Índice de Desarrollo Humano, IDH, situaba
a Guinea Ecuatorial en el año 2002 en la
posición 111. En el año 2003, en el puesto
116. En el año 2004, último índice
disponible[13], pasó el país a la posición
120 de 177. Es decir, comparativamente
Guinea Ecuatorial está empeorando sus
niveles de desarrollo humano[14].
Recuérdese que la posición en IDH y el
índice reflejan, muy en síntesis, nivel de
PIB, educación y esperanza de vida, tanto en
valor absoluto como relativo. En fin, la
posición del país en este índice recuerda
nuevamente que es tarea urgente para el
Gobierno, la eficaz e inteligente
administración de los recursos, contando con
los ingresos directos para el Estado
provenientes de los hidrocarburos, que son
muy importantes como se cuantifica y
desarrolla más adelante. Estos ingresos,
además se incrementan en su cómputo al
considerar las actividades indirectas e
inducidas que deben derivarse del proceso de
exploración y producción de gas y petróleo,
que también generan importantes recursos.
Además de las dificultades señaladas de
obtención de datos estadísticos, los que
están disponibles no son buenos y confunden.
No obstante, sean cuales sean las fuentes,
todas coinciden en señalar que la
escolarización deja mucho que desear, los
indicadores sanitarios son malos y se
padecen dificultades de acceso a los centros
de salud, la preparación profesional es
deficiente, el índice de esperanza de vida
es bajo, los niveles de privación y pobreza
son serios, la infraestructura de
carreteras, de abastecimiento de aguas o los
consumos de electricidad no se corresponden,
en suma, con los ingresos del Estado. Este
panorama define una responsabilidad política
grave que exige activar programas más
eficaces de políticas de redistribución de
renta en los próximos años.
En el cuadro 3 se han incluido algunos
indicadores sociales y de desarrollo con los
últimos datos disponibles, publicados entre
2006-2007 pero referidos a 2004. A destacar
la baja esperanza de vida al nacer, que
ronda los 43 años y la elevada mortalidad
infantil, en el 122,4 por mil ante la
elevada incidencia del paludismo (38%),
diarreas (11,8%), parasitosis (4,8%),
anemias (3,5%), cifras todas que reflejan un
panorama inquietante. Malaria, cólera,
disentería y tifus son enfermedades
endémicas y desde luego impropias de un país
con estos recursos[15].
En probabilidad de no sobrevivir por encima
de los 40 años, Guinea Ecuatorial se sitúa
al nivel de Sierra Leona o Burundi. El
índice de pobreza elaborado por el PNUD para
el cálculo del IDH, coloca a Guinea entre
Ruanda, Nepal y Eritrea, con indicadores
negativos severos. Las personas sin acceso
al suministro de agua en condiciones de
salubridad, también según el PNUD, son el
57% de la población, situación parecida a la
del Congo, Níger o Chad. Los niños con peso
y nutrición por debajo de la debida son el
19%, como en Djibouti, Lesotho o Bhután. El
38,5% de los niños sufre retraso de
crecimiento…Estos indicadores marcan que
Guinea Ecuatorial está tres pasos por detrás
del progreso debido a sus ciudadanos,
mostrando otra vez y desde esta faceta tan
seria, una utilización poco eficiente de los
recursos y una posición lejana a los niveles
correspondientes por su renta per cápita.
Cuadro 4.
Exploración y producción de hidrocarburos:
los datos
Dada la relevancia, como ya se ha puesto de
manifiesto, de los hidrocarburos en la
economía del país, se ha considerado de
interés realizar un análisis detallado de
las características del sector.
De los numerosos bloques en que se
encuentran divididas y parceladas las aguas
próximas a la isla de Bioko y a la costa
continental de Rio Muni, tres campos,
Zafiro, Ceíba y Okume, producen petróleo y
otro, Alba, fundamentalmente gas.
Zafiro fue descubierto en 1995 por Exxon
Mobil y Ocean Energy. Está situado en el mar
(offshore) al noroeste de Bioko, en el Golfo
de Guinea, en el llamado bloque B y en un
terreno de características geológicas muy
similares a los yacimientos vecinos de
Nigeria. Las reservas probadas de Zafiro
están por encima de los 500 millones de
barriles. El campo contiene algo de gas
natural asociado.
La producción está entre 290.000 y 310.000
barriles dia (bbl/d). Exxon continúa
realizando sondeos de exploración para
asegurar y ampliar, si es posible, las
cifras de producción y reservas de lo que es
el yacimiento más importante de Guinea
Ecuatorial descubierto y explotado hasta el
momento. Otros campos menores en este mismo
bloque B son Esmeralda, Ópalo, Topacio,
Amatista, Serpentina y Rubí. Estas
denominaciones son curiosas y reflejan lo
que son, joyas para las compañías operadoras
que también deberían serlo cada vez más para
el país, para Guinea Ecuatorial. Y sobre
todo para el bienestar de su población.
El crudo Zafiro es obtenido por una
asociación de dos empresas, Exxon Mobil
Equatorial Guinea Inc, que detenta el 71,25%
y Ocean Energy Corp, con el 23,75%. El
Estado ecuatoguineano tiene el 5% restante.
El operador es Exxon Mobil.
El campo Zafiro, que produjo 7.000 bbl/d en
agosto de 1996 tan sólo 18 meses después de
ser descubierto, ha visto multiplicar su
producción por cuarenta, lo que da una idea
de la potencialidad de la zona. Zafiro puede
alcanzar con facilidad y con inversiones,
una producción bastante mayor en los
próximos años.
El campo Ceiba es el segundo en importancia
en producción de petróleo. Situado también
offshore, frente a las costas de Rio Muni y
muy próximo a ellas, en el bloque S, al
oeste, fue descubierto por Tritón Energy en
1999. Las reservas probables alcanzan los
500 a 800 millones de barriles. La
producción, iniciada 14 meses después del
descubrimiento, se sitúa hoy en 50.000
bbl/d.
El crudo Ceiba es explotado por Amerada
Hess, que compró su participación a Tritón
Energy, y que mantiene el 80% del campo,
siendo otro 15% de la empresa británica
Tullow Oil. Un 5% corresponde a la compañía
estatal Gepetrol.
En febrero de 2007 ha comenzado la
producción de un nuevo yacimiento, Okume,
situado cerca del campo Ceiba, que pronto
podrá alcanzar el “plateau” de producción de
60.000 barriles/día, estimándose que cuenta
con reservas suficientes para mantener este
nivel de extracción durante 20 años. Okume
es operado por Amerada Hess.
A estos yacimientos, Zafiro, Ceiba y Okume,
se unen otros de crudo prometedores que aún
no han entrado en producción Oveng, Akon,
Elon, Abang, Ébano, que pueden llegar a
proporcionar conjuntamente por encima de
100.000 bbl/d.
En síntesis, manejando distintas fuentes de
datos[16], las reservas probadas de petróleo
se sitúan en 2.000 millones de barriles y la
producción total para 2006, en 360.000
bbl/d. En 2007 con la entrada de Okume en
producción, se superarán los 400.000 bbl/d.
Para poner en dimensión comparativa estas
cifras, recuérdese que España consume 1,7
millones de bbl/d y que un país productor
medio, como Nigeria, presenta unas cifras de
producción de más de 2,5 millones de bbl/d.
El campo Alba, fundamentalmente de gas
natural, es también un yacimiento offshore,
situado en el bloque D, colindante al B y al
norte de la isla de Bioko a la que roza por
Punta Europa. Fue señalado en 1983 por
Gepsa, un consorcio de compañías que
abandonó la exploración. El permiso fue
adquirido posteriormente, en 2001, por
Marathon y la tejana Noble Energy.
Las reservas probadas pueden alcanzar por
encima de 68 millones de barriles
equivalentes de petróleo, bep. La producción
se ha ido incrementando muy rápidamente
desde 6.700 bep/d iniciales hasta superar
los 65.000 bep/d de gas natural.
Alba está operado por Marathon, con el 63%
de los derechos de propiedad, que comparte
con Noble Energy, 34%, y la compañía
guineana Gepetrol que detenta el 3%
restante.
El gas natural que se extrae en el campo
Alba es también la materia prima necesaria
para una fábrica de metanol que produce
20.000 bbl/d destinados a la exportación. El
metanol es a su vez materia prima para la
industria petroquímica y puede ser utilizado
como carburante o como componente en la
formulación de gasolinas, si bien este uso
está mermado por su potencial poder
contaminante. El metanol se produce en Punta
Europa por Atlantic Production Co., que
agrupa un consorcio formado por Marathon,
Samedan y el Estado de Guinea Ecuatorial, a
través de la empresa pública Sonagas. La
producción se destina a la exportación desde
la inauguración de la fábrica en 2000. Esta
industria muestra un camino, aún incipiente,
de lo que podría lograrse en el sector de
hidrocarburos para retener en el país valor
añadido vía impacto capilar de la
producción, fiscalidad, empleo directo e
indirecto, etc. Junto a la planta de metanol
y con iguales accionistas se encuentra otra
planta de producción de gas licuado de
petróleo, con capacidad de 20.000 bbl/d.
Como consecuencia de la creciente demanda,
en los próximos años se esperan fuertes
crecimientos en la producción de condensado
y gas licuado, así como en metanol, si bien
todo este proceso requerirá nuevas y
notables inversiones.
En 2004 se aprobó por parte del Gobierno una
importante inversión de 1.500 millones de
dólares a realizar por Marathon y otros,
destinada a construir en Bioko una planta de
gas natural licuado, también utilizando la
materia prima del campo Alba, cuya entrada
en funcionamiento está prevista para
2007-2008. El accionariado de la nueva
planta está compuesto por Marathon al 60%,
el Estado guineano a través de Sonagas 25%,
Mitsui al 8,5% y Marubeni con el 6,5%,
siendo de destacar la presencia de estas dos
últimas compañías japonesas. La sociedad
conjunta se denominará EG LNG.
La llegada de nuevas empresas, la riqueza
potencial en base a las características
geológicas del terreno, el desarrollo de
nuevas tecnologías de exploración y
producción en aguas profundas, el actual
nivel de precios de crudo y gas y el
creciente rigor que debe deseablemente
acompañar las actuaciones del gobierno,
impulsará en los próximos años
descubrimientos que previsiblemente serán
importantes.
No obstante todo lo anterior, conviene poner
las cosas en su justo término. Siendo
notable el nivel de producción actual y de
reservas probadas en valores absolutos, el
país no es un productor demasiado importante
a nivel mundial aunque sí lo sea en la zona
subsahariana y en el Golfo de Guinea, donde
ocupa la tercera posición tras Nigeria y
Angola. Está más o menos en el nivel de
Sudán, o Vietnam y prácticamente a la mitad
de Argentina, Omán o Egipto. Sin embargo, si
en términos relativos de comparación con
grandes productores, el volumen extraído no
es muy alto, el petróleo y el gas son
fundamentales para Guinea. Lo reducido de su
población y la no explotación de otras
fuentes de riqueza hacen hoy de los
hidrocarburos el factor clave de la economía
guineana.
En el Cuadro 5, se recoge la producción de
petróleo y gas desde el comienzo de las
actividades de extracción.
La Compañía Nacional de Petróleos (GEPETROL)
y de gas (SONAGAS): instrumentos que deben
situarse al servidcio de los intereses
nacionales
Gepetrol fue creada en febrero de 2001 y
comenzó a funcionar en el año 2002, al
objeto de gestionar los intereses petroleros
del Estado, tanto pasados como futuros.
Las misiones son, además de la indicada,
atraer inversores al país, promover
programas capaces de mejorar los
conocimientos y la tecnología en la
industria del petróleo, participar en
proyectos de exploración en Guinea
Ecuatorial o en otros países y establecer y
poner en práctica políticas y acciones
encaminadas a la preservación del medio
ambiente.
La Compañía Nacional de Petróleos, Gepetrol,
debe coordinar las actuaciones con el
Ministerio de Minas y Energía, si bien ha
sido creada como un órgano independiente
dotado de la necesaria autonomía para
realizar sus funciones.
El organigrama de Gepetrol se articula en
torno a cuatro áreas, Técnica, Finanzas,
Marketing y Administración. El Área Técnica
engloba las responsabilidades de
Exploración, Producción y Medio Ambiente. El
Área o División de Marketing incluye junto a
las funciones típicas una oficina en Londres
para la comercialización de los productos.
En Administración y Finanzas se recogen las
responsabilidades habituales de Personal,
Formación, Contabilidad, etc.
Aunque su creación sea algo tardía, la
existencia de Gepetrol será resultar
fundamental en el futuro para ordenar los
intereses y prioridades del Estado en el
campo de los hidrocarburos. La compañía debe
disponer de mucha más flexibilidad que el
Ministerio de Minas y Energía, y es
necesario que adapte sus actuaciones a un
entorno muy dinámico como es el de la
industria de los hidrocarburos al tiempo de
servir los intereses públicos, guardando
independencia de las empresas privadas que
actúen en el país y que es más que probable
que deseen ejercer influencia en las
decisiones de Gepetrol.
En enero de 2005 y con misiones paralelas a
las de Gepetrol, pero ahora orientadas a las
actividades del gas, se creó la Sociedad
Nacional de Gas de Guinea Ecuatorial,
Sonagas GE, para gestionar las
participaciones del Estado en los proyectos
de gas. Esta empresa pública está ya
presente en el accionariado de las plantas
de metanol, con el 10% y de gas licuado de
petróleo de Punta Europa, también 10%,
además de en la futura de gas natural con el
25%. Sonagas tiene asignado por ley y en
régimen de monopolio la distribución y venta
de gas natural en el mercado interior, si
bien la nueva ley de hidrocarburos, que se
comentará mas adelante, le permite operar en
sociedad con terceros.
Será fundamental la transparencia en la
gestión de Gepetrol y Sonagas, que deben
someterse a auditorías de calidad, tanto
económico-financieras como de gestión, al
objeto de dar rigor a la actuación pública y
asegurar que el beneficio se destine a las
arcas del Estado. Desde el punto de vista
económico y de gestión, Gepetrol y Sonagas
es necesario que se sometan a esos oportunos
controles independientes que deberán hacerse
públicos.
Una tarea fundamental de Gepetrol y Sonagas
debe ser el de la capacitación del personal
guineano, tanto en áreas técnicas como de
negociación de contratos, jurídicos,
financieros o de mera gestión. La formación,
que no es hoy un activo relevante del país,
es fundamental para conseguir negociaciones
equilibradas con las compañías extranjeras
de exploración y producción de hidrocarburos
y con los inversores en general. Los
acuerdos que benefician al país, a sus
ciudadanos y que interesen a las compañías,
para ser buenos para ambos, requieren
técnicos con adecuado nivel profesional. Lo
mismo debe decirse de la capacitación de la
mano de obra a todos los niveles, para ir
sustituyendo a los profesionales
extranjeros. De nuevo se pone de manifiesto
que la educación es capital.
Por otra parte, Gepetrol y Sonagas es
necesario que participen con un porcentaje
en todos los campos y actividades y empezar
a plantearse, para un futuro, la tarea de
exploración en su propio territorio, cuando
la situación financiera lo haga posible,
aunque para ello tengan que acudir a
acuerdos más intensos de asociación con
empresas extranjeras de experiencia, ya que
ello les aportará un conocimiento del
negocio que redundará en beneficio de su
gestión y por tanto del país.
Desde el punto de vista estratégico público,
es imprescindible guardar un delicado
equilibrio entre la capacidad de actuación
de las dos empresas nacionales y el
gobierno, para evitar que, como ha ocurrido
en otros países productores, Gepetrol y
Sonagas se conviertan en un “estado dentro
del estado”, con fuerte poder y sin los
adecuados controles institucionales. En el
cuadro 6 se reflejan las empresas
dependientes del Estado en los distintos
sectores de actividad.
Condiciones de contratación y fiscalidad en
exploración y producción de hidrocarburos
Técnicamente hay, simplificando, dos
sistemas básicos de relación entre los
estados productores y las compañías
petroleras, el de producción compartida o el
de concesión. En España y otros países
europeos opera el sistema de concesión. En
la mayoría de los países productores de la
órbita OPEP, por el contrario se prefiere la
fórmula de producción compartida o “sharing
contract” que es la opción elegida, con buen
criterio, por Guinea Ecuatorial. El modelo
de contrato actualmente en vigor contiene
los términos y condiciones que se exponen
más adelante[17].
Anteriormente, un conjunto de disposiciones,
por cierto poco claras, ordenaban estas
actividades. La nueva Ley de
Hidrocarburos[18], desde noviembre de 2006,
ha clarificado más la situación, si bien es
pronto para realizar un juicio definitivo,
ya que lo fundamental será conocer los
criterios de aplicación en el día a día. La
nueva Ley, en el capítulo I, define a los
hidrocarburos como bienes de dominio público
propiedad exclusiva del Estado.
Muy en síntesis, el modelo vigente de
contrato de reparto de producción, considera
un período inicial de exploración entre
cuatro y cinco años, para realizar los
estudios de sísmica y los sondeos
necesarios, que son prorrogables a dos más,
si es preciso,
Para obligar a revisar cada bloque lo más
completamente posible, se prevé una renuncia
del 40% de la parcela después del período
inicial si no se han obtenido resultados y
del 25% al final del primer año de la
prórroga. Así mismo, existe un canon anual
por arrendamiento de superficie y un derecho
a gravar los beneficios extraordinarios
cuando el Estado Guineano lo considere.
El royalty se sitúa en un mínimo del 13% de
la producción total, escalando su
importancia a medida que ésta aumenta. Como
es habitual, se permite la recuperación de
los costes de exploración. Hay prevista una
entrega a fondo perdido, “bonus payment” a
favor del Estado cuando se declare la
comercialización de un yacimiento, en forma
de pago de una prima, cuyo importe no se
determina. La cantidad de petróleo total,
después de deducir las regalías anteriores,
al 13% o porcentaje correspondiente, es
decir, el petróleo neto de regalías, será
repartido entre la empresa productora y el
Estado según un escalado y en base a unos
porcentajes fijados en el contrato, que
tampoco son conocidos y se dejan a la
negociación. Esta figura determina la
denominación de “reparto de producción”.
Las cantidades provenientes, tanto del cupo
de regalías como la participación del
Estado, se valoran a una media entre la
cotización del Brent, crudo de referencia
del Mar del Norte y los precios ajustados
por calidad de crudos producidos en África
Occidental.
El Estado puede participar en un porcentaje
no especificado previamente y a concretar,
aunque no inferior al 20%, en el campo de
que se trate, como un socio más, incurriendo
en los costes que proporcionalmente le
correspondan y participando en la producción
en ese mismo tanto por ciento.
Adicionalmente, las empresas que realicen
exploración o producción están obligadas a
ejecutar aquellos proyectos de contenido
social que el Gobierno determine, entregando
anualmente una cantidad con este fin, que
dada la indeterminación de la cifra que se
fijará al “prudente criterio del
Ministerio”, supone una peculiar
colaboración que, en cualquier caso, no se
considerará como coste de operación. Las
empresas también están obligadas a construir
un edificio “digno” para la instalación de
sus oficinas locales. Además, se pagará una
prima inicial de contratación, a determinar,
a la firma del contrato de reparto de
producción.
También se establecen distintas primas de
producción para ser satisfechas al Estado en
la fecha de inicio y al alcanzar
determinados niveles de bombeo. En el cuadro
7 se sintetizan las condiciones establecidas
por la Ley de 2006 y por el modelo de
contrato actualmente existente.
El impuesto de sociedades vigente, que se
gira sobre el beneficio neto resultante de
la compañía productora, tiene un tipo del
35%.
Estas condiciones pueden llegar a ser, en
principio, algo numerosas pero, sobre todo,
demasiado abiertas al proceso de
negociación, que no se garantiza que sea
transparente. Debe recordarse que la
discrecionalidad encaja mal en una razonable
política de hidrocarburos, además de
propiciar prácticas indeseables.
La fiscalidad y, en general, el resto de las
condiciones deben establecerse con un
equilibrio que sea capaz de armonizar los
intereses de las partes. Cualquier estado
debe procurar maximizar sus ingresos bajo la
óptica de considerar a los hidrocarburos
como una riqueza nacional exportada, cuyos
frutos deben reinvertirse en el país. Sin
embargo, esa maximización representa un
límite de la rentabilidad para las empresas
exploradoras que deben a su vez hacer frente
a elevadas inversiones con posibilidades
bajas de éxito. Recuérdese que en el mundo
del petróleo, se acometen los programas de
exploración con probabilidades en el entorno
del 15%. Por esto, las condiciones deben
estar razonablemente prefijadas y resultar
equilibradas para las partes.
Además, las condiciones deben ser
transparentes y evitar los pagos a canales
paralelos, ya que ello deteriora
extraordinariamente la consideración del
país y de sus dirigentes dando al traste, en
el medio plazo, a proyectos de inversión
importantes que emigran a otras zonas de
mayor rigor y merman las posibilidades de
colaboración con organismos internacionales
y empresas rigurosas. La falta de
transparencia hace que la presencia de las
empresas extranjeras sea volátil, y que, en
todo caso, las que actúen en el país se
deterioren en su comportamiento poco claro,
supongo que deliberadamente con prácticas
indeseables. Es especialmente importante que
por el lado de las empresas se empleen
también prácticas basadas en el rigor y no
en actuaciones de otro tenor.
Acontecimientos del pasado, como el asunto
del Riggs Bank, donde existían numerosas
cuentas opacas, son indeseables para la
consideración internacional del país y para
la reputación de las empresas que operan en
el territorio.
En el Índice de Percepción de la Corrupción
2006, publicado por Transparency
International, Guinea Ecuatorial figura en
el puesto 151 de 163, al nivel de Costa de
Marfil, Camboya, Bielorrusia o Uzbekistán.
La clasificación se realiza mediante
consulta a expertos internacionales y en
base a distintos informes[19]. Estas
prácticas de desviación de fondos deben
erradicarse con firmeza. A Guinea Ecuatorial
le va mucho en ello, ya que mientras no se
mejore en estos aspectos será difícil
disminuir la percepción negativa que produce
tal situación.
El Banco Mundial identifica la corrupción
como una de las mayores amenazas para el
desarrollo y mantiene una serie de
recomendaciones para apoyar y ayudar a los
países miembros, como Guinea Ecuatorial,
para reforzar su gobernanza interna y evitar
prácticas indeseables[20]. Sin desconocer
todas las dificultades que ello implica para
el propio Banco Mundial y que sitúa a la
institución en un papel nuevo[21] al
implicarse en facetas de política interna de
los países, las recomendaciones generales
son de utilidad para situaciones como las de
Guinea Ecuatorial.
Los ingresos por petròleo, gas y metanol:
calidades, mercados y estimación de precios
y de valor de la producción.
El crudo Zafiro tiene una densidad de 32.2º
API[22] con un contenido de azufre de 0,24%,
características que le identifican con un
petróleo de buena calidad que permite
obtener productos de bajo contenido en
azufre. El precio del Zafiro, ligado en
cotización al petróleo nigeriano denominado
Bonny Light, con un diferencial de
aproximadamente de entre medio y un dólar
por barril, en contra, se ha podido situar
durante 2003 en una media anual de 28,3
$/bbl fob. En 2004, en 31,66 $/bbl. En 2005
en 56,75 $/bbl y en 2006 en 65,49 $/bbl.
Estas cifras proceden de una estimación
propia.
Sin duda, el deterioro de la paridad
dólar-euro, ha debido suponer un quebranto,
vía encarecimiento de las importaciones
procedentes de Europa. Sin embargo, la
subida de precios del petróleo entre 2003 y
2006, ha superado con mucho este efecto
negativo. Salvado este aspecto, el crudo
Zafiro ha alcanzado en 2006 los precios más
altos desde que salió al mercado. Algo
parecido ha ocurrido con el Ceiba. En el
cuadro 8 se recoge la estimación de precios
para ambos crudos.
Los mercados finales de Zafiro son Estados
Unidos, Asia-Pacífico y Europa actuando como
vendedor Exxon-Mobil en nombre del resto de
socios.
El crudo Ceiba presenta una densidad de 28º
API, más pesado por tanto que el Zafiro, con
un contenido en azufre de 0,6 % lo que le
confiere menor calidad. El precio del Ceiba
también se ha supuesto ligado al crudo Bonny
Light y al propio Zafiro, cotizándose,
aproximadamente, 2 dólares por barril por
debajo de éste último.
El precio en 2003, con las premisas
anteriores y también según estimaciones
propias, osciló en torno a una media de
26,30 $/bbl, en 2004 se situó en media de
35,66 $/bbl, en 2005 en 54,75 $/bbl, en 2006
en 63,49$/bbl. Por tanto, durante los
pasados años el nivel de precios de los
crudos ecuatoguineanos ha sido muy alto,
siguiendo la tendencia de los mercados
internacionales. Debe destacarse también
que, durante el mismo periodo, se ha
incrementado considerablemente la
producción, por lo que los ingresos para el
Estado han debido de seguir la misma
tendencia.
Combinando todos estos datos, se ha
calculado el valor total del crudo
exportado, introduciendo una ponderación
86%-14% entre Zafiro y Ceiba. Cuadro 9.
Estos datos reflejan una cuestión de
interés, cuando se comparan con los niveles
de PIB. Las cifras del valor del crudo
exportado y las de PIB son tan próximas que,
o bien el PIB ha sido superior durante estos
años o no todo el crudo producido se integra
en la macromagnitud. Además, si a las cifras
del valor de la producción del crudo se
suman, por los mínimos, las de gas natural y
las de metanol, se superan los niveles de
PIB, naturalmente haciendo las correcciones
oportunas derivadas de costes y evitando
duplicidades en el cómputo. Esta cuestión,
como puede imaginarse, no es irrelevante y
debería aclararse. Cuadro 10.
Otro asunto de interés son los ingresos
percibidos por el Estado y derivados por su
participación a través de las varias figuras
comentadas (primas, cánones, regalías, etc.)
y que para los años 2003-2005 no deben
estimarse por debajo del 30% del valor de
mercado del crudo, utilizando también un
cómputo de mínimos. Para el año 2006, a
partir de la influencia de la nueva Ley de
Hidrocarburos, el porcentaje no debe
estimarse por debajo del 40%. Para el gas
natural se ha utilizado el mismo escalado.
Aplicando estos criterios se han obtenido
las cifras del cuadro 11. Añadiendo estas
otras fuentes de ingresos, provenientes de
gas natural y metanol, los ingresos públicos
deberían haber sido mayores a los que citan
las fuentes consultadas, Banco Mundial,
Fondo Monetario Internacional y Economist
Intelligence Unit, que han debido recibir
algunos datos del país[23].
La percepción de estos recursos públicos que
en los últimos cuatro años puede
cuantificarse, sólo provenientes de estos
conceptos, en el nivel de los 8.500 millones
de dólares como mínimo, supone una gran
responsabilidad de administración eficaz
para el gobierno.
En este sentido, los indicadores sociales no
reflejan aún los efectos de eficaces
programas públicos orientados a la población
y a la modernización y dinamización de los
sectores más tradicionales de la economía.
Si bien las exportaciones de petróleo
comenzaron en 1995, ya han pasado los años
suficientes para que su utilización empezara
a dejarse notar en los indicadores sociales
y en el balance económico general.
Aguas territoriales y petróleo: un conflicto
potencial
La situación de los yacimientos Zafiro,
Ceiba y Alba en posición offshore y la
potencial existencia de otros campos en
zonas más alejadas de la costa, refuerzan la
importancia de la definición de los límites
territoriales por mar y la inseguridad,
jurídica y de todo tipo, que plantean las
imprecisiones en estos asuntos.
La inestabilidad de varios de los países de
la zona proyecta más sombras que luces sobre
la cuestión. Así, el campo Zafiro ha sido
objeto de controversia y tensión con
Nigeria, que a su vez tiene un contencioso
abierto con Camerún por el mismo motivo.
Debe recordarse que Zafiro está muy próximo
a los yacimientos nigerianos, y que ya fue
necesaria una ardua negociación que dejó
cicatrices en las relaciones entre ambos
países.
Guinea Ecuatorial tiene otro frente abierto
con Gabón, sobre las islas Mbnie, Cocoteros
y Conga, también por límites de aguas
territoriales, que puede implicar a Santo
Tomé y Príncipe. Se trata de tres islas
minúsculas, la mayor de 30 hectáreas, en la
Bahía de Corisco, pero con una importante
potencialidad petrolífera[24]. En síntesis,
las fronteras marítimas y su discusión, son
un problema potencial que requiere actuación
preferente.
A pesar de los pactos firmados en 2000 y
2002 entre Guinea Ecuatorial y Nigeria, no
es seguro que el conflicto no pueda
activarse en el futuro, por lo que ambos
países deberían hacer un esfuerzo definitivo
de definición de los límites, que deberían
ser sancionados internacionalmente. Esta
reflexión se extiende a las fronteras de
Guinea Ecuatorial con las otras naciones del
entorno y, como se ha indicado, muy
especialmente con Gabón.
En los próximos años, es más que previsible
que se descubran nuevos yacimientos que
pueden volver a recrudecer los conflictos
fronterizos. Si bien desde el punto de vista
del negocio petrolífero existe el
instrumento de la “unitización”, o
distribución de un yacimiento cuando éste se
extiende en parcelas o territorios de
distinta titularidad, en términos de
política internacional, no siempre es
aplicable si no se parte de una precisa
definición de fronteras.
Este asunto, con implicaciones políticas y
económicas requiere solución en el próximo
futuro y el gobierno ecuatoguineano debe
prestarle atención y medios, toda vez que es
garantía y seguridad para la generación
continua de los recursos más importantes con
que cuenta el país.
Otras infraestructuras energéticas: activos
y carencias
Si bien desde el punto de vista estricto de
volumen de consumo y de nivel de población
puede ser discutible la necesidad de
disponer de instalaciones de refino en el
país, sin embargo por extensión del
territorio y como motor de industrialización
sería útil disponer de una refinería de
dimensiones adecuadas que proporcionaría
productos petrolíferos para el consumo
interno, ahorraría importaciones, liberaría
excedentes para la exportación y permitiría
obtener valor añadido al petróleo extraído
de los campos propios, bien al ser destilado
en las instalaciones o al ser intercambiado
por otros crudos capaces de adaptar el
barril refinado al barril demandado. Además,
una refinería proporcionaría seguridad y
continuidad en los suministros, ahora
dependientes de zonas limítrofes no siempre
estables. Sin embargo, hasta hoy no ha sido
así y, por tanto, Guinea Ecuatorial carece
de industria de refino.
El consumo doméstico de productos
petrolíferos, gasolinas, gasóleos y
combustible de aviación debe estar en el
entorno de los 2000 bbl/d, que son
suministrados por Getotal, tras ser
importados en su totalidad.
Getotal está participada por el Estado
ecuatoguineano (20%) y por la compañía
francesa Total (80%) y actúa en régimen de
cuasi monopolio. Reconociendo que la
implantación de un mercado más libre no es
fácil, debe procederse en este terreno con
gran prudencia y con razonables garantías de
éxito, pero sin duda un mercado más libre
debe ser preferido a la actual situación. En
cualquier caso, el consumo es bajo y se
cubre desde depósitos de almacenamiento
situados en Bata y Malabo, en condiciones no
siempre adecuadas.
El país carece de red de oleoductos,
transportándose los productos por barcaza o
carretera. Dado lo diseminado de algunos
núcleos de población y lo atomizado del
consumo, junto con el muy bajo nivel de
industrialización, es comprensible la
carencia de infraestructuras de trasporte
por tubo, que se justificarían plenamente si
existiera una refinería, ya que un oleoducto
permitiría además de exportar, suministrar
el producto a zonas claves del mercado y
distribuir desde allí con otros medios.
En energía eléctrica, la capacidad instalada
está en torno a 25 megavatios (MW), de los
que 5Mw se sitúan en el continente. Estos
5Mw se generan en su 90 % en térmicas de
fuel y el 10 % es hidroelectricidad. La isla
de Bioko dispone de dos centrales de fuel y
una de hidroelectricidad que cubre una
producción de algo más de 10 Mw.
Recientemente, ha entrado en servicio la
nueva central de 10.5 Mw de Punta Europa que
carga gas natural procedente del yacimiento
Alba. Como se ve, la vinculación de la
generación eléctrica a los hidrocarburos es
muy notable.
La propiedad de las instalaciones de
generación corresponde al Estado de Guinea
Ecuatorial a través de la empresa Segesa. En
electricidad, las carencias son numerosas.
Estas instalaciones, alguna de ellas
modernas como la de Punta Europa, sin
embargo presentan un nivel y calidad de
gestión muy mejorables. La red deja mucho
que desear. Debe contemplarse con
preocupación el irregular suministro que
además de reflejar baja calidad de servicio
impide, como un factor más, el
establecimiento de industrias, salvo que se
diseñen con medios propios de generación, lo
que encarece los costes de producción y
resta competitividad al sistema económico.
Como se ha indicado, el balance de energía
muestra una fuerte dependencia del petróleo,
más del 90%, cifra que debe considerarse
alta, especialmente ante la necesidad de
importar los productos petrolíferos por la
inexistencia de refino. Esta es una
debilidad que debería subsanarse, como ya se
ha dicho, y que es paradójica al disponer de
fuertes producciones y reservas de crudo.
La segunda fuente de aportación es el gas
natural que podría ser, especialmente en
Bioko, una fuente energética de mayor
relevancia. El país carece de fuentes
renovables capaces de aportar esta energía
en cifras mínimamente significativas.
Por tanto, una tarea pendiente es
reequilibrar el balance energético, evitando
la fuerte dependencia de productos
petrolíferos de importación. También
extender la red eléctrica y mejorar
considerablemente su eficacia para llegar a
zonas pobladas más distantes con suministro
eléctrico sin interrupción.
Respecto al binomio energía-medio ambiente,
aún no se ha desarrollado la necesaria
sensibilidad para regular los aspectos e
implicaciones de un asunto de tanta
importancia.
Presencia internacional, llegada de China y
Rusia. Ausencia de España
Como es habitual en todos los países
productores, la capacidad de inversión que
requieren las actividades relacionadas con
hidrocarburos, la asunción del riesgo y la
tecnología son factores que limitan la
presencia a sólo compañías potentes. Por
cierto, es de esperar que la hasta ahora
ausencia de empresas españolas pueda
resolverse en el futuro, cuando se hagan los
esfuerzos necesarios para superar los
obstáculos que lo han impedido.
Durante el tiempo en que Guinea Ecuatorial
fue colonia española, Hispanoil y otras
empresas realizaron estudios más o menos
preliminares de sísmica y exploración que
razones políticas truncaron. Posteriormente,
el régimen guineano prefirió vincularse a
otras áreas de influencia, Francia y Estados
Unidos, circunstancia que propició la
presencia de empresas de esas
nacionalidades, con un balance final
claramente inclinado hacia las compañías
americanas.
Con independencia de todos estos factores y
de la pérdida de oportunidad que haya podido
suponer para España, la realidad es que casi
siempre las mismas empresas están en todos
los países productores. Ahora bien, si más
de una docena y media de empresas de
diferentes países están operando en Guinea
Ecuatorial, parece razonable que las
empresas españolas ocupen un papel más
activo y más alineado con la historia y el
pasado común. En el Cuadro 12 se han
recogido las empresas más activas en Guinea
y su país de origen.
Por varias razones, la presencia
norteamericana ha sido mayoritaria en el
país. A la indudable capacidad técnica y
financiera de sus empresas se ha unido la
cobertura diplomática de que han dispuesto
las compañías de esa nacionalidad, a pesar
de que no todos los momentos han sido
“dulces” entre ambos países. De hecho, la
Embajada de Estados Unidos se cerró en 1995,
volviéndose a abrir en 2002, seguramente
como consecuencia de la importancia que para
entonces estaban ocupando ya las inversiones
norteamericanas en el país, que debieron
presionar a su gobierno para reabrir la
representación. Por otra parte, no es casual
que varias conferencias internacionales de
Gepetrol se hayan celebrado en Houston y con
el patrocinio de empresas estadounidenses.
Un factor nuevo a destacar es la presencia
de China, que se ha sentido atraída por la
producción real y potencial de
hidrocarburos, China está presente a través
de The Chinese Nacional Offshore Oil co.,
CNOOC. En este momento China es ya el
segundo comprador de crudo ecuatoguineano,
por detrás de Estados Unidos. |
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