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Guinea Ecuatorial: de la política económica a la
política de hidrocarburos (DT)

 
  José Mª Marín Quemada
DT Nº 26/2007 - 14/06/2007
Resumen

El país se encuentra en un momento delicado que demanda cambios notables y actuaciones económicas rigurosas para no incidir en costes futuros demasiado altos y en plazos de recuperación, también sociales, demasiado largos. Guinea Ecuatorial cuenta con una muy importante generación de riqueza y de financiación pública en base a la explotación de los recursos de petróleo y gas, que proporcionan un alto nivel de renta. En consecuencia, la economía se ha especializado en exceso y reclama una urgente diversificación. La presencia, muy notable, de las compañías internacionales, añade potencialidad al sistema pero también aumenta las dificultades para la toma de decisiones y suma matices diversos en un modelo político caracterizado por la debilidad institucional. Las prácticas irregulares ocupan un espacio notable y requieren de medidas urgentes para su erradicación. Al tiempo, las carencias son graves y los indicadores sociales y de pobreza muestran severos problemas estructurales y de distribución de renta. Por otra parte, las cifras referidas a las macromagnitudes básicas y a los ingresos públicos, en apariencia resultan cuestionables.

Por tanto, el diseño de la política económica en general y la administración de los recursos procedentes de los hidrocarburos constituyen retos que encierran a su vez un conjunto potente de instrumentos de actuación. Los ingresos públicos, en su práctica totalidad procedentes del petróleo y del gas, si son eficientemente administrados, pueden transformar el país en pocos años, pero para ello será necesario establecer programas de mayor transparencia y eficacia que los actuales, algunos de los cuales se sugieren en este trabajo.

Introducción

Guinea Ecuatorial está en tránsito desde una economía tradicional, centrada en madera, cacao y poco más, hacia una situación distinta dominada por la presencia de los hidrocarburos.

La influencia de las exportaciones de gas y petróleo son, al mismo tiempo que indudablemente positivas, la causa más notable de la existencia de un riesgo sistémico que hay que controlar, en un escenario con dificultades políticas y sociales, a la vez que con profundos desajustes económicos. Al tiempo, Guinea Ecuatorial tiene instituciones aún débiles, que debe reforzar mediante una adecuada distribución del poder político, hoy demasiado concentrado, lo que además de otras consideraciones, implica riesgo económico.

La gestión eficaz de los hidrocarburos y de los ingresos procedentes de esa actividad y la presencia de numerosas compañías internacionales, pueden aportar mucho de lo que Guinea Ecuatorial requiere. Pero no es fácil administrar un proceso con tantos intereses a considerar y dificultades a evitar. Seguramente, la inversión en educación, en sanidad, en infraestructuras, es decir, la distribución más equitativa de la renta, son los retos inmediatos, además del refuerzo institucional ya comentado. Pero hay más desafíos, desde impedir que el aumento de las entradas de divisas cause efectos negativos sobre la inflación y sobre la competitividad de los bienes y servicios no petroleros, hasta el riesgo de dar prioridad exclusiva a esos hidrocarburos, desatendiendo y olvidando las producciones más tradicionales, que están mucho más cerca de la población. Se trata de diversificar la economía incorporando nuevas actividades a la vez que se potencian las antiguas.

Las políticas monetarias y fiscales, también desde luego la actuación presupuestaria a través del manejo de las finanzas públicas, tienen muy amplio margen. Las políticas sectoriales y microeconómicas lo tienen todo por hacer. Ahora hay que añadir la voluntad política y el rigor necesario para una positiva acción de gobierno.

Situación económica: las luces y las sombras
Guinea Ecuatorial es un país pequeño, con poca población pero con historia e identidad propia. El crecimiento del PIB en el periodo 2003-2006 marca incrementos nominales altos, hasta del 30%, siempre con origen en las exportaciones de hidrocarburos, que se han visto acompañadas durante estos últimos años por un notable aumento de sus precios en el mercado internacional. El Banco de los Estados de África Central, BEAC, maneja estimaciones de crecimiento nominal hasta del 20% para los años 2006-2007, cifras que probablemente no resultan excesivas, especialmente para 2007, año en el que como se comentará más adelante, ha entrado en producción un nuevo campo petrolífero. Por otra parte, conocer con precisión las variaciones en los precios, no es tarea fácil. En cualquier caso, según datos del Banco de Francia[1], entre 1995 y 2005, el PIB se ha podido incrementar a una media anual entorno al 29%, que es la cifra más alta de toda la zona de influencia del franco de las antiguas Colonias Francesas en África, zona CFA, que incluye a Guinea Ecuatorial a pesar de no haberlo sido.

Durante estos últimos años, 2003-2006, la inflación “oficial” se ha podido mantener algo por encima del 5%, en parte por las actuaciones del BEAC, que determina la política monetaria de la zona. Esta tasa es elevada en comparación con la de otros países del entorno y, en ocasiones recientes, ha doblado la de los países del franco CFA.

La balanza comercial refleja notables saldos positivos y la de servicios resulta ser negativa, siempre como consecuencia de los efectos de las exportaciones de hidrocarburos y el pago de los servicios asociados a su exploración y producción.

El petróleo y el gas presentan un efecto ubicuo sobre el cuadro macroeconómico, en el que se reúnen indicadores positivos y negativos de una realidad profundamente desequilibrada. La exploración y producción de petróleo y gas impulsan el sector de la construcción y de algunos servicios, pero por el momento no se proyectan más allá, siendo la agricultura la menos afectada por el progreso económico, perdiendo competitividad de año en año, lo que también sucede con la pesca, la actividades forestales o la industria básica[2] al ser sectores alejados de los hidrocarburos. Esta situación, unida a la apreciación del tipo de cambio y las presiones de precios en algunas actividades próximas al petróleo y gas han producido la aparición de la “enfermedad holandesa” y de sus consecuencias.

Los desequilibrios, que son profundos, se están traduciendo en una pérdida de valor de todas las actividades más tradicionales, silvicultura, pesca, ganadería, etc., que apenas aportan algo más del 3% del PIB. La industria no ligada al petróleo, aporta menos del 5%, lo mismo que el sector terciario. En síntesis, más del 90% del PIB debe atribuirse directa o indirectamente al petróleo y gas, sin que sus beneficios se hayan extendido, como hubiera sido deseable, hacia el resto de actividades. Más adelante, en este trabajo, se incluye un análisis de la aportación de los hidrocarburos al PIB, que introduce, además, interrogantes notables por lo que a las cifras se refiere.

Las reservas de divisas se han ampliado en forma positiva hasta llegar en 2006 a superar los 2.600 millones de dólares, más del doble que un par de años atrás, al tiempo que la deuda externa se ha ido reduciendo por la aplicación de los recursos petroleros, como se aprecia en el Cuadro 1.

En términos comparativos de análisis internacional, en la misma zona geográfica, Guinea Ecuatorial, con mucha menor población, presenta un PIB similar al de Gabón y al del Congo y la mitad del de Camerún. En términos per cápita, el PIB es tres veces mayor que el del Congo. En crecimiento porcentual, el de Guinea Ecuatorial es, en los últimos años, el más alto de la zona.

La publicación a principios de 2007 del Índice de Libertad Económica[3] proporciona nuevos motivos de reflexión. Como es sabido, el índice valora y clasifica a los países combinando aspectos de restricciones a los inversores extranjeros, intervención del gobierno en la economía, respeto a los derechos de propiedad, grado de corrupción, políticas monetarias y fiscales, etc. En su última edición, Guinea Ecuatorial está situada en el puesto 128 de 157 países, por detrás de Yemen, Malí, Níger o Mauritania. La posición es mala y marca, desde otra perspectiva, lo mucho que queda por hacer. El índice lleva trece años publicándose y Guinea Ecuatorial aparece desde 1999. Desde entonces hasta hoy ha ido avanzando alguna posición, pero la mejora es muy débil.

El análisis de los indicadores per cápita requiere un comentario adicional sobre las estadísticas de población. Según los organismos internacionales, Naciones Unidas, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, el número de habitantes se sitúa en torno a 503.000 para el año 2005, pero los datos oficiales del país doblan esta cifra y manejan un número de personas que supera el millón en base al último censo realizado en el año 2002. La disparidad, seguramente se explica, al menos parcialmente, por la importancia de la inmigración desde Nigeria y otros países del entorno. No obstante, dada la calidad de las estadísticas locales, se ha preferido utilizar los datos de los organismos internacionales, pero debe señalarse como una tarea urgente elaborar internamente series de datos rigurosas, disponibles con facilidad. La calidad estadística, además de conseguir el aumento del respeto internacional y de proporcionar al país características de mayor rigor y solvencia, permitiría realizar análisis, tanto externos como del propio Gobierno, más exactos. La reciente creación en Guinea Ecuatorial del Instituto Nacional de Estadística, es sin duda una acción que aunque tardía resulta esperanzadora, siendo ahora necesario dotar a la institución de la independencia y de los medios necesarios.

Sin embargo, la situación económica anteriormente descrita, con sus luces y sus sombras, si pudiera analizarse de forma aislada sería en cualquier caso mucho más positiva y esperanzadora que la otra realidad de subdesarrollo y condiciones negativas de vida de gran parte de la población, que denota una ineficacia notable en lo que a la administración de los recursos se refiere.

Las ventajas de las zonas monetarias supranacionales

En 1985, Guinea Ecuatorial se integró en la zona del franco CFA. Años después, en 1994, se creó la Communauté Économique et Monetaire de L´Afrique Centrale, CEMAC, de la que Guinea Ecuatorial pasó a formar parte. La CEMAC, agrupa a seis países[4] y es una prolongación en el tiempo de la zona monetaria común que también había supuesto el nacimiento del BEAC. En Malabo tiene su sede el Parlamento Comunitario de la CEMAC, lo que es un factor institucional positivo.

Los objetivos de la CEMAC son establecer una unión solidaria entre sus miembros, la promoción de los mercados nacionales, la armonización de los proyectos comunes, el desarrollo de las regiones más desfavorecidas y la creación de un mercado común en la zona, objetivos que en su mayor parte no se han alcanzado y sobre los que, por otra parte, no cabría mostrarse muy optimista en el medio plazo.

Sin embargo, la inclusión de Guinea Ecuatorial en el BEAC ha proporcionado al país estabilidad cambiaria ya que el Banco, como autoridad monetaria, mantiene paridad fija con el euro y regula el tipo de cambio frente al resto de las monedas. El Banco de Francia, a través del Tesoro Francés, mantiene una fuerte influencia práctica sobre el BEAC y también sobre otra institución similar, el Banco Central de los Estados de África del Oeste, BCEAO[5], que es banco emisor de otro franco CFA, distinto al emitido por el BEAC.

El franco CFA es denominación común de dos monedas distintas que no son directamente intercambiables, una de las cuales circula en los seis países del BEAC, y por tanto en Guinea Ecuatorial, y la otra en los ocho del BCEAO. Técnicamente, para diferenciar ambas monedas se utiliza la denominación XAF, franco de la Cooperación Financiera en África Central, para los seis países del BEAC y XOF, franco de la Comunidad Financiera Africana, para la zona del BCEAO.

Antes de la implantación del euro la paridad se establecía, para ambas monedas, con el franco francés y a partir de enero de 1999 quedó fija, un euro igual a 655,957 francos CFA, oscilando frente al dólar y las demás divisas a través del euro[6].

A efectos de Guinea Ecuatorial, su integración en el BEAC le garantiza la emisión de moneda, el buen funcionamiento del sistema de pagos, la estabilidad cambiaria y la definición general de la política monetaria. Todos estos factores han sido positivos para el país y lo seguirán siendo en el futuro, especialmente frente a la alternativa de una moneda guineana autónoma. Por tanto, razones de dimensión geográfica y de rigor en las prácticas monetarias aconsejan la continuidad del sistema. Ahora bien, una paridad ligada al euro, unido a la sobredependencia económica de petróleo y gas, encarece las exportaciones más tradicionales. Para las salidas de hidrocarburos, el efecto es menor al estar éstos nominados en dólares y dirigirse en su mayor proporción a mercados distintos de la zona euro. Por otra parte, en sus relaciones con la Unión Europea, Guinea Ecuatorial cuenta con las ventajas de ser firmante del acuerdo Cotonou desde 2000.

La red de bancos comerciales que operan en el país es muy reducida. Únicamente Societé Genérale de Banque, el CEEI Bank[7] y el BGFI Bank[8] se mantienen activos aunque cortos de sucursales y con poco negocio tradicional. Esta estructura bancaria, aun considerando la dimensión del país y su población, es reducida y añade dificultades al acceso a la financiación. Por otra parte, los usos bancarios están poco desarrollados. Recuérdese que sólo a partir de enero del 2005 se empezó a pagar a los funcionarios del sector público a través de cuentas bancarias y en la práctica, sólo un muy reducido número de ciudadanos opera a través de los bancos.

La cantidad de dinero, medida en términos de M2[9], presenta unos incrementos muy altos durante el periodo 2003-2006, que sin duda está presionando los niveles de precios de determinados bienes y servicios que, por otra parte, no deben estar al alcance de la mayoría de la población, dibujándose una posible “inflación dual”, una variación de precios alta que afecta a los bienes y servicios más escasos y de mayor nivel, junto con otra mucho más reducida en torno a los bienes de consumo más general. La inflación “oficial”, refleja más la evolución de los precios en este segundo grupo, algunos de los cuales están controlados por el gobierno[10].

La expansión del gasto público y la conveniente implantación de una actuación distinta en materia fiscal

El sistema fiscal ecuatoguineano está inspirado en el modelo español de hace más de una década. Los instrumentos fiscales se utilizan muy poco, perdiéndose con ello una herramienta que podría ser mucho más útil. En la práctica, la totalidad de la recaudación surge de los pagos provenientes de las actividades de los hidrocarburos y apenas nada del pago de otros impuestos. Es de destacar la introducción en 2005 del impuesto sobre el valor añadido. A pesar de lo variado de los impuestos existentes y de la potencia teórica de alguno de ellos (cuadro 2), en política fiscal no se ha avanzado nada, además de ser bajo el cumplimiento fiscal de las rentas más altas.

Las finanzas públicas, por razones de hermetismo local, no son fáciles de analizar. Los ingresos provenientes de los hidrocarburos nutren seguramente más del 90% de los recursos. El superávit presupuestario está por encima del 20% del PIB, lo que llama la atención en un país en el que hay tanto por hacer en dotación de infraestructuras o en establecer programas de formación, que son claves para dotar al país de la capacitación imprescindible para afrontar las necesidades, no ya las de futuro, sino las del presente. La educación es capital, pero no recibe aún tal consideración.

Debe avanzarse mucho más en el diseño de los programas de gasto y en disciplina presupuestaria. Los progresos conseguidos en 2005-2006 no son suficientes y tanto en eficacia en la recaudación, como en transparencia, equidad fiscal y utilización de fondos públicos, hay mucho por hacer.

Dado que Guinea Ecuatorial, por sus niveles de renta, no puede beneficiarse directamente de las ayudas del FMI, debe continuar dedicando parte del excedente presupuestario a la amortización de la deuda externa, pero prioritariamente a una política expansiva del gasto orientada hacia el bienestar de los ciudadanos – que en este caso, es salir de la pobreza y de sus consecuencias - al tiempo que cuide las tensiones inflacionistas que se pueden producir, poniendo en riesgo los beneficios de las políticas presupuestarias.

Recientemente, el FMI ha elaborado un modelo matemático de sostenibilidad fiscal para el país[11] cuya asunción puede resultar de utilidad, con el objetivo de maximizar la función de bienestar social en varios escenarios en los que se matiza la importancia y continuidad en el tiempo de los ingresos por hidrocarburos. El modelo aconseja acumular reservas y relanzar el gasto en bienestar.

La situación actual de bonanza en los ingresos públicos, está focalizada como ya se ha dicho en los hidrocarburos, sector de precios volátiles. Los yacimientos de petróleo y gas natural, a partir de un momento, presentarán rendimientos decrecientes, pero en el caso de Guinea se neutralizarán ampliamente con probables nuevos descubrimientos. Por tanto, previsiblemente los ingresos procedentes de los hidrocarburos seguirán siendo importantes durante los próximos años, y deberían aprovecharse para estimular otras actividades y financiar políticas económicas distintas basadas en programas plurianuales.

Además, para evitar algunos de estos riesgos, y junto a otras actuaciones, seguramente resultaría de utilidad crear un fondo con los excedentes. Este fondo debería situarse en el exterior del país bajo una administración despolitizada y al servicio de objetivos claros de orden estrictamente económico y social. Además, con ello se aportaría transparencia y solvencia a un sistema en el que la corrupción ha ocupado notables parcelas de la vida pública. El fondo se dotaría con una combinación de recursos procedentes del superávit presupuestario y, deseablemente, de ingresos provenientes de las actividades de hidrocarburos. Estos fondos de ahorro existen en distintos países[12] y presentan buenos resultados prácticos.

La necesidad de redistribución de la renta y la precaria situación de la población

En valores absolutos los niveles de PIB en Guinea Ecuatorial son altos. Bastante más cuando se calculan en términos de paridad de poder adquisitivo. Desde luego mucho más altos que los niveles de otros países del entorno. El grave problema es la redistribución de la renta.

El Índice de Desarrollo Humano, IDH, situaba a Guinea Ecuatorial en el año 2002 en la posición 111. En el año 2003, en el puesto 116. En el año 2004, último índice disponible[13], pasó el país a la posición 120 de 177. Es decir, comparativamente Guinea Ecuatorial está empeorando sus niveles de desarrollo humano[14].

Recuérdese que la posición en IDH y el índice reflejan, muy en síntesis, nivel de PIB, educación y esperanza de vida, tanto en valor absoluto como relativo. En fin, la posición del país en este índice recuerda nuevamente que es tarea urgente para el Gobierno, la eficaz e inteligente administración de los recursos, contando con los ingresos directos para el Estado provenientes de los hidrocarburos, que son muy importantes como se cuantifica y desarrolla más adelante. Estos ingresos, además se incrementan en su cómputo al considerar las actividades indirectas e inducidas que deben derivarse del proceso de exploración y producción de gas y petróleo, que también generan importantes recursos.

Además de las dificultades señaladas de obtención de datos estadísticos, los que están disponibles no son buenos y confunden. No obstante, sean cuales sean las fuentes, todas coinciden en señalar que la escolarización deja mucho que desear, los indicadores sanitarios son malos y se padecen dificultades de acceso a los centros de salud, la preparación profesional es deficiente, el índice de esperanza de vida es bajo, los niveles de privación y pobreza son serios, la infraestructura de carreteras, de abastecimiento de aguas o los consumos de electricidad no se corresponden, en suma, con los ingresos del Estado. Este panorama define una responsabilidad política grave que exige activar programas más eficaces de políticas de redistribución de renta en los próximos años.

En el cuadro 3 se han incluido algunos indicadores sociales y de desarrollo con los últimos datos disponibles, publicados entre 2006-2007 pero referidos a 2004. A destacar la baja esperanza de vida al nacer, que ronda los 43 años y la elevada mortalidad infantil, en el 122,4 por mil ante la elevada incidencia del paludismo (38%), diarreas (11,8%), parasitosis (4,8%), anemias (3,5%), cifras todas que reflejan un panorama inquietante. Malaria, cólera, disentería y tifus son enfermedades endémicas y desde luego impropias de un país con estos recursos[15].

En probabilidad de no sobrevivir por encima de los 40 años, Guinea Ecuatorial se sitúa al nivel de Sierra Leona o Burundi. El índice de pobreza elaborado por el PNUD para el cálculo del IDH, coloca a Guinea entre Ruanda, Nepal y Eritrea, con indicadores negativos severos. Las personas sin acceso al suministro de agua en condiciones de salubridad, también según el PNUD, son el 57% de la población, situación parecida a la del Congo, Níger o Chad. Los niños con peso y nutrición por debajo de la debida son el 19%, como en Djibouti, Lesotho o Bhután. El 38,5% de los niños sufre retraso de crecimiento…Estos indicadores marcan que Guinea Ecuatorial está tres pasos por detrás del progreso debido a sus ciudadanos, mostrando otra vez y desde esta faceta tan seria, una utilización poco eficiente de los recursos y una posición lejana a los niveles correspondientes por su renta per cápita. Cuadro 4.

Exploración y producción de hidrocarburos: los datos

Dada la relevancia, como ya se ha puesto de manifiesto, de los hidrocarburos en la economía del país, se ha considerado de interés realizar un análisis detallado de las características del sector.

De los numerosos bloques en que se encuentran divididas y parceladas las aguas próximas a la isla de Bioko y a la costa continental de Rio Muni, tres campos, Zafiro, Ceíba y Okume, producen petróleo y otro, Alba, fundamentalmente gas.

Zafiro fue descubierto en 1995 por Exxon Mobil y Ocean Energy. Está situado en el mar (offshore) al noroeste de Bioko, en el Golfo de Guinea, en el llamado bloque B y en un terreno de características geológicas muy similares a los yacimientos vecinos de Nigeria. Las reservas probadas de Zafiro están por encima de los 500 millones de barriles. El campo contiene algo de gas natural asociado.

La producción está entre 290.000 y 310.000 barriles dia (bbl/d). Exxon continúa realizando sondeos de exploración para asegurar y ampliar, si es posible, las cifras de producción y reservas de lo que es el yacimiento más importante de Guinea Ecuatorial descubierto y explotado hasta el momento. Otros campos menores en este mismo bloque B son Esmeralda, Ópalo, Topacio, Amatista, Serpentina y Rubí. Estas denominaciones son curiosas y reflejan lo que son, joyas para las compañías operadoras que también deberían serlo cada vez más para el país, para Guinea Ecuatorial. Y sobre todo para el bienestar de su población.

El crudo Zafiro es obtenido por una asociación de dos empresas, Exxon Mobil Equatorial Guinea Inc, que detenta el 71,25% y Ocean Energy Corp, con el 23,75%. El Estado ecuatoguineano tiene el 5% restante. El operador es Exxon Mobil.

El campo Zafiro, que produjo 7.000 bbl/d en agosto de 1996 tan sólo 18 meses después de ser descubierto, ha visto multiplicar su producción por cuarenta, lo que da una idea de la potencialidad de la zona. Zafiro puede alcanzar con facilidad y con inversiones, una producción bastante mayor en los próximos años.

El campo Ceiba es el segundo en importancia en producción de petróleo. Situado también offshore, frente a las costas de Rio Muni y muy próximo a ellas, en el bloque S, al oeste, fue descubierto por Tritón Energy en 1999. Las reservas probables alcanzan los 500 a 800 millones de barriles. La producción, iniciada 14 meses después del descubrimiento, se sitúa hoy en 50.000 bbl/d.

El crudo Ceiba es explotado por Amerada Hess, que compró su participación a Tritón Energy, y que mantiene el 80% del campo, siendo otro 15% de la empresa británica Tullow Oil. Un 5% corresponde a la compañía estatal Gepetrol.

En febrero de 2007 ha comenzado la producción de un nuevo yacimiento, Okume, situado cerca del campo Ceiba, que pronto podrá alcanzar el “plateau” de producción de 60.000 barriles/día, estimándose que cuenta con reservas suficientes para mantener este nivel de extracción durante 20 años. Okume es operado por Amerada Hess.

A estos yacimientos, Zafiro, Ceiba y Okume, se unen otros de crudo prometedores que aún no han entrado en producción Oveng, Akon, Elon, Abang, Ébano, que pueden llegar a proporcionar conjuntamente por encima de 100.000 bbl/d.

En síntesis, manejando distintas fuentes de datos[16], las reservas probadas de petróleo se sitúan en 2.000 millones de barriles y la producción total para 2006, en 360.000 bbl/d. En 2007 con la entrada de Okume en producción, se superarán los 400.000 bbl/d.

Para poner en dimensión comparativa estas cifras, recuérdese que España consume 1,7 millones de bbl/d y que un país productor medio, como Nigeria, presenta unas cifras de producción de más de 2,5 millones de bbl/d.

El campo Alba, fundamentalmente de gas natural, es también un yacimiento offshore, situado en el bloque D, colindante al B y al norte de la isla de Bioko a la que roza por Punta Europa. Fue señalado en 1983 por Gepsa, un consorcio de compañías que abandonó la exploración. El permiso fue adquirido posteriormente, en 2001, por Marathon y la tejana Noble Energy.

Las reservas probadas pueden alcanzar por encima de 68 millones de barriles equivalentes de petróleo, bep. La producción se ha ido incrementando muy rápidamente desde 6.700 bep/d iniciales hasta superar los 65.000 bep/d de gas natural.

Alba está operado por Marathon, con el 63% de los derechos de propiedad, que comparte con Noble Energy, 34%, y la compañía guineana Gepetrol que detenta el 3% restante.

El gas natural que se extrae en el campo Alba es también la materia prima necesaria para una fábrica de metanol que produce 20.000 bbl/d destinados a la exportación. El metanol es a su vez materia prima para la industria petroquímica y puede ser utilizado como carburante o como componente en la formulación de gasolinas, si bien este uso está mermado por su potencial poder contaminante. El metanol se produce en Punta Europa por Atlantic Production Co., que agrupa un consorcio formado por Marathon, Samedan y el Estado de Guinea Ecuatorial, a través de la empresa pública Sonagas. La producción se destina a la exportación desde la inauguración de la fábrica en 2000. Esta industria muestra un camino, aún incipiente, de lo que podría lograrse en el sector de hidrocarburos para retener en el país valor añadido vía impacto capilar de la producción, fiscalidad, empleo directo e indirecto, etc. Junto a la planta de metanol y con iguales accionistas se encuentra otra planta de producción de gas licuado de petróleo, con capacidad de 20.000 bbl/d. Como consecuencia de la creciente demanda, en los próximos años se esperan fuertes crecimientos en la producción de condensado y gas licuado, así como en metanol, si bien todo este proceso requerirá nuevas y notables inversiones.

En 2004 se aprobó por parte del Gobierno una importante inversión de 1.500 millones de dólares a realizar por Marathon y otros, destinada a construir en Bioko una planta de gas natural licuado, también utilizando la materia prima del campo Alba, cuya entrada en funcionamiento está prevista para 2007-2008. El accionariado de la nueva planta está compuesto por Marathon al 60%, el Estado guineano a través de Sonagas 25%, Mitsui al 8,5% y Marubeni con el 6,5%, siendo de destacar la presencia de estas dos últimas compañías japonesas. La sociedad conjunta se denominará EG LNG.

La llegada de nuevas empresas, la riqueza potencial en base a las características geológicas del terreno, el desarrollo de nuevas tecnologías de exploración y producción en aguas profundas, el actual nivel de precios de crudo y gas y el creciente rigor que debe deseablemente acompañar las actuaciones del gobierno, impulsará en los próximos años descubrimientos que previsiblemente serán importantes.

No obstante todo lo anterior, conviene poner las cosas en su justo término. Siendo notable el nivel de producción actual y de reservas probadas en valores absolutos, el país no es un productor demasiado importante a nivel mundial aunque sí lo sea en la zona subsahariana y en el Golfo de Guinea, donde ocupa la tercera posición tras Nigeria y Angola. Está más o menos en el nivel de Sudán, o Vietnam y prácticamente a la mitad de Argentina, Omán o Egipto. Sin embargo, si en términos relativos de comparación con grandes productores, el volumen extraído no es muy alto, el petróleo y el gas son fundamentales para Guinea. Lo reducido de su población y la no explotación de otras fuentes de riqueza hacen hoy de los hidrocarburos el factor clave de la economía guineana.

En el Cuadro 5, se recoge la producción de petróleo y gas desde el comienzo de las actividades de extracción.
La Compañía Nacional de Petróleos (GEPETROL) y de gas (SONAGAS): instrumentos que deben situarse al servidcio de los intereses nacionales

Gepetrol fue creada en febrero de 2001 y comenzó a funcionar en el año 2002, al objeto de gestionar los intereses petroleros del Estado, tanto pasados como futuros.

Las misiones son, además de la indicada, atraer inversores al país, promover programas capaces de mejorar los conocimientos y la tecnología en la industria del petróleo, participar en proyectos de exploración en Guinea Ecuatorial o en otros países y establecer y poner en práctica políticas y acciones encaminadas a la preservación del medio ambiente.

La Compañía Nacional de Petróleos, Gepetrol, debe coordinar las actuaciones con el Ministerio de Minas y Energía, si bien ha sido creada como un órgano independiente dotado de la necesaria autonomía para realizar sus funciones.

El organigrama de Gepetrol se articula en torno a cuatro áreas, Técnica, Finanzas, Marketing y Administración. El Área Técnica engloba las responsabilidades de Exploración, Producción y Medio Ambiente. El Área o División de Marketing incluye junto a las funciones típicas una oficina en Londres para la comercialización de los productos. En Administración y Finanzas se recogen las responsabilidades habituales de Personal, Formación, Contabilidad, etc.

Aunque su creación sea algo tardía, la existencia de Gepetrol será resultar fundamental en el futuro para ordenar los intereses y prioridades del Estado en el campo de los hidrocarburos. La compañía debe disponer de mucha más flexibilidad que el Ministerio de Minas y Energía, y es necesario que adapte sus actuaciones a un entorno muy dinámico como es el de la industria de los hidrocarburos al tiempo de servir los intereses públicos, guardando independencia de las empresas privadas que actúen en el país y que es más que probable que deseen ejercer influencia en las decisiones de Gepetrol.

En enero de 2005 y con misiones paralelas a las de Gepetrol, pero ahora orientadas a las actividades del gas, se creó la Sociedad Nacional de Gas de Guinea Ecuatorial, Sonagas GE, para gestionar las participaciones del Estado en los proyectos de gas. Esta empresa pública está ya presente en el accionariado de las plantas de metanol, con el 10% y de gas licuado de petróleo de Punta Europa, también 10%, además de en la futura de gas natural con el 25%. Sonagas tiene asignado por ley y en régimen de monopolio la distribución y venta de gas natural en el mercado interior, si bien la nueva ley de hidrocarburos, que se comentará mas adelante, le permite operar en sociedad con terceros.

Será fundamental la transparencia en la gestión de Gepetrol y Sonagas, que deben someterse a auditorías de calidad, tanto económico-financieras como de gestión, al objeto de dar rigor a la actuación pública y asegurar que el beneficio se destine a las arcas del Estado. Desde el punto de vista económico y de gestión, Gepetrol y Sonagas es necesario que se sometan a esos oportunos controles independientes que deberán hacerse públicos.

Una tarea fundamental de Gepetrol y Sonagas debe ser el de la capacitación del personal guineano, tanto en áreas técnicas como de negociación de contratos, jurídicos, financieros o de mera gestión. La formación, que no es hoy un activo relevante del país, es fundamental para conseguir negociaciones equilibradas con las compañías extranjeras de exploración y producción de hidrocarburos y con los inversores en general. Los acuerdos que benefician al país, a sus ciudadanos y que interesen a las compañías, para ser buenos para ambos, requieren técnicos con adecuado nivel profesional. Lo mismo debe decirse de la capacitación de la mano de obra a todos los niveles, para ir sustituyendo a los profesionales extranjeros. De nuevo se pone de manifiesto que la educación es capital.

Por otra parte, Gepetrol y Sonagas es necesario que participen con un porcentaje en todos los campos y actividades y empezar a plantearse, para un futuro, la tarea de exploración en su propio territorio, cuando la situación financiera lo haga posible, aunque para ello tengan que acudir a acuerdos más intensos de asociación con empresas extranjeras de experiencia, ya que ello les aportará un conocimiento del negocio que redundará en beneficio de su gestión y por tanto del país.

Desde el punto de vista estratégico público, es imprescindible guardar un delicado equilibrio entre la capacidad de actuación de las dos empresas nacionales y el gobierno, para evitar que, como ha ocurrido en otros países productores, Gepetrol y Sonagas se conviertan en un “estado dentro del estado”, con fuerte poder y sin los adecuados controles institucionales. En el cuadro 6 se reflejan las empresas dependientes del Estado en los distintos sectores de actividad.

Condiciones de contratación y fiscalidad en exploración y producción de hidrocarburos

Técnicamente hay, simplificando, dos sistemas básicos de relación entre los estados productores y las compañías petroleras, el de producción compartida o el de concesión. En España y otros países europeos opera el sistema de concesión. En la mayoría de los países productores de la órbita OPEP, por el contrario se prefiere la fórmula de producción compartida o “sharing contract” que es la opción elegida, con buen criterio, por Guinea Ecuatorial. El modelo de contrato actualmente en vigor contiene los términos y condiciones que se exponen más adelante[17].

Anteriormente, un conjunto de disposiciones, por cierto poco claras, ordenaban estas actividades. La nueva Ley de Hidrocarburos[18], desde noviembre de 2006, ha clarificado más la situación, si bien es pronto para realizar un juicio definitivo, ya que lo fundamental será conocer los criterios de aplicación en el día a día. La nueva Ley, en el capítulo I, define a los hidrocarburos como bienes de dominio público propiedad exclusiva del Estado.

Muy en síntesis, el modelo vigente de contrato de reparto de producción, considera un período inicial de exploración entre cuatro y cinco años, para realizar los estudios de sísmica y los sondeos necesarios, que son prorrogables a dos más, si es preciso,

Para obligar a revisar cada bloque lo más completamente posible, se prevé una renuncia del 40% de la parcela después del período inicial si no se han obtenido resultados y del 25% al final del primer año de la prórroga. Así mismo, existe un canon anual por arrendamiento de superficie y un derecho a gravar los beneficios extraordinarios cuando el Estado Guineano lo considere.

El royalty se sitúa en un mínimo del 13% de la producción total, escalando su importancia a medida que ésta aumenta. Como es habitual, se permite la recuperación de los costes de exploración. Hay prevista una entrega a fondo perdido, “bonus payment” a favor del Estado cuando se declare la comercialización de un yacimiento, en forma de pago de una prima, cuyo importe no se determina. La cantidad de petróleo total, después de deducir las regalías anteriores, al 13% o porcentaje correspondiente, es decir, el petróleo neto de regalías, será repartido entre la empresa productora y el Estado según un escalado y en base a unos porcentajes fijados en el contrato, que tampoco son conocidos y se dejan a la negociación. Esta figura determina la denominación de “reparto de producción”.

Las cantidades provenientes, tanto del cupo de regalías como la participación del Estado, se valoran a una media entre la cotización del Brent, crudo de referencia del Mar del Norte y los precios ajustados por calidad de crudos producidos en África Occidental.

El Estado puede participar en un porcentaje no especificado previamente y a concretar, aunque no inferior al 20%, en el campo de que se trate, como un socio más, incurriendo en los costes que proporcionalmente le correspondan y participando en la producción en ese mismo tanto por ciento.

Adicionalmente, las empresas que realicen exploración o producción están obligadas a ejecutar aquellos proyectos de contenido social que el Gobierno determine, entregando anualmente una cantidad con este fin, que dada la indeterminación de la cifra que se fijará al “prudente criterio del Ministerio”, supone una peculiar colaboración que, en cualquier caso, no se considerará como coste de operación. Las empresas también están obligadas a construir un edificio “digno” para la instalación de sus oficinas locales. Además, se pagará una prima inicial de contratación, a determinar, a la firma del contrato de reparto de producción.

También se establecen distintas primas de producción para ser satisfechas al Estado en la fecha de inicio y al alcanzar determinados niveles de bombeo. En el cuadro 7 se sintetizan las condiciones establecidas por la Ley de 2006 y por el modelo de contrato actualmente existente.

El impuesto de sociedades vigente, que se gira sobre el beneficio neto resultante de la compañía productora, tiene un tipo del 35%.

Estas condiciones pueden llegar a ser, en principio, algo numerosas pero, sobre todo, demasiado abiertas al proceso de negociación, que no se garantiza que sea transparente. Debe recordarse que la discrecionalidad encaja mal en una razonable política de hidrocarburos, además de propiciar prácticas indeseables.

La fiscalidad y, en general, el resto de las condiciones deben establecerse con un equilibrio que sea capaz de armonizar los intereses de las partes. Cualquier estado debe procurar maximizar sus ingresos bajo la óptica de considerar a los hidrocarburos como una riqueza nacional exportada, cuyos frutos deben reinvertirse en el país. Sin embargo, esa maximización representa un límite de la rentabilidad para las empresas exploradoras que deben a su vez hacer frente a elevadas inversiones con posibilidades bajas de éxito. Recuérdese que en el mundo del petróleo, se acometen los programas de exploración con probabilidades en el entorno del 15%. Por esto, las condiciones deben estar razonablemente prefijadas y resultar equilibradas para las partes.

Además, las condiciones deben ser transparentes y evitar los pagos a canales paralelos, ya que ello deteriora extraordinariamente la consideración del país y de sus dirigentes dando al traste, en el medio plazo, a proyectos de inversión importantes que emigran a otras zonas de mayor rigor y merman las posibilidades de colaboración con organismos internacionales y empresas rigurosas. La falta de transparencia hace que la presencia de las empresas extranjeras sea volátil, y que, en todo caso, las que actúen en el país se deterioren en su comportamiento poco claro, supongo que deliberadamente con prácticas indeseables. Es especialmente importante que por el lado de las empresas se empleen también prácticas basadas en el rigor y no en actuaciones de otro tenor. Acontecimientos del pasado, como el asunto del Riggs Bank, donde existían numerosas cuentas opacas, son indeseables para la consideración internacional del país y para la reputación de las empresas que operan en el territorio.

En el Índice de Percepción de la Corrupción 2006, publicado por Transparency International, Guinea Ecuatorial figura en el puesto 151 de 163, al nivel de Costa de Marfil, Camboya, Bielorrusia o Uzbekistán. La clasificación se realiza mediante consulta a expertos internacionales y en base a distintos informes[19]. Estas prácticas de desviación de fondos deben erradicarse con firmeza. A Guinea Ecuatorial le va mucho en ello, ya que mientras no se mejore en estos aspectos será difícil disminuir la percepción negativa que produce tal situación.

El Banco Mundial identifica la corrupción como una de las mayores amenazas para el desarrollo y mantiene una serie de recomendaciones para apoyar y ayudar a los países miembros, como Guinea Ecuatorial, para reforzar su gobernanza interna y evitar prácticas indeseables[20]. Sin desconocer todas las dificultades que ello implica para el propio Banco Mundial y que sitúa a la institución en un papel nuevo[21] al implicarse en facetas de política interna de los países, las recomendaciones generales son de utilidad para situaciones como las de Guinea Ecuatorial.

Los ingresos por petròleo, gas y metanol: calidades, mercados y estimación de precios y de valor de la producción.

El crudo Zafiro tiene una densidad de 32.2º API[22] con un contenido de azufre de 0,24%, características que le identifican con un petróleo de buena calidad que permite obtener productos de bajo contenido en azufre. El precio del Zafiro, ligado en cotización al petróleo nigeriano denominado Bonny Light, con un diferencial de aproximadamente de entre medio y un dólar por barril, en contra, se ha podido situar durante 2003 en una media anual de 28,3 $/bbl fob. En 2004, en 31,66 $/bbl. En 2005 en 56,75 $/bbl y en 2006 en 65,49 $/bbl. Estas cifras proceden de una estimación propia.

Sin duda, el deterioro de la paridad dólar-euro, ha debido suponer un quebranto, vía encarecimiento de las importaciones procedentes de Europa. Sin embargo, la subida de precios del petróleo entre 2003 y 2006, ha superado con mucho este efecto negativo. Salvado este aspecto, el crudo Zafiro ha alcanzado en 2006 los precios más altos desde que salió al mercado. Algo parecido ha ocurrido con el Ceiba. En el cuadro 8 se recoge la estimación de precios para ambos crudos.
Los mercados finales de Zafiro son Estados Unidos, Asia-Pacífico y Europa actuando como vendedor Exxon-Mobil en nombre del resto de socios.

El crudo Ceiba presenta una densidad de 28º API, más pesado por tanto que el Zafiro, con un contenido en azufre de 0,6 % lo que le confiere menor calidad. El precio del Ceiba también se ha supuesto ligado al crudo Bonny Light y al propio Zafiro, cotizándose, aproximadamente, 2 dólares por barril por debajo de éste último.

El precio en 2003, con las premisas anteriores y también según estimaciones propias, osciló en torno a una media de 26,30 $/bbl, en 2004 se situó en media de 35,66 $/bbl, en 2005 en 54,75 $/bbl, en 2006 en 63,49$/bbl. Por tanto, durante los pasados años el nivel de precios de los crudos ecuatoguineanos ha sido muy alto, siguiendo la tendencia de los mercados internacionales. Debe destacarse también que, durante el mismo periodo, se ha incrementado considerablemente la producción, por lo que los ingresos para el Estado han debido de seguir la misma tendencia.

Combinando todos estos datos, se ha calculado el valor total del crudo exportado, introduciendo una ponderación 86%-14% entre Zafiro y Ceiba. Cuadro 9.

Estos datos reflejan una cuestión de interés, cuando se comparan con los niveles de PIB. Las cifras del valor del crudo exportado y las de PIB son tan próximas que, o bien el PIB ha sido superior durante estos años o no todo el crudo producido se integra en la macromagnitud. Además, si a las cifras del valor de la producción del crudo se suman, por los mínimos, las de gas natural y las de metanol, se superan los niveles de PIB, naturalmente haciendo las correcciones oportunas derivadas de costes y evitando duplicidades en el cómputo. Esta cuestión, como puede imaginarse, no es irrelevante y debería aclararse. Cuadro 10.

Otro asunto de interés son los ingresos percibidos por el Estado y derivados por su participación a través de las varias figuras comentadas (primas, cánones, regalías, etc.) y que para los años 2003-2005 no deben estimarse por debajo del 30% del valor de mercado del crudo, utilizando también un cómputo de mínimos. Para el año 2006, a partir de la influencia de la nueva Ley de Hidrocarburos, el porcentaje no debe estimarse por debajo del 40%. Para el gas natural se ha utilizado el mismo escalado. Aplicando estos criterios se han obtenido las cifras del cuadro 11. Añadiendo estas otras fuentes de ingresos, provenientes de gas natural y metanol, los ingresos públicos deberían haber sido mayores a los que citan las fuentes consultadas, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y Economist Intelligence Unit, que han debido recibir algunos datos del país[23].

La percepción de estos recursos públicos que en los últimos cuatro años puede cuantificarse, sólo provenientes de estos conceptos, en el nivel de los 8.500 millones de dólares como mínimo, supone una gran responsabilidad de administración eficaz para el gobierno.

En este sentido, los indicadores sociales no reflejan aún los efectos de eficaces programas públicos orientados a la población y a la modernización y dinamización de los sectores más tradicionales de la economía. Si bien las exportaciones de petróleo comenzaron en 1995, ya han pasado los años suficientes para que su utilización empezara a dejarse notar en los indicadores sociales y en el balance económico general.

Aguas territoriales y petróleo: un conflicto potencial

La situación de los yacimientos Zafiro, Ceiba y Alba en posición offshore y la potencial existencia de otros campos en zonas más alejadas de la costa, refuerzan la importancia de la definición de los límites territoriales por mar y la inseguridad, jurídica y de todo tipo, que plantean las imprecisiones en estos asuntos.

La inestabilidad de varios de los países de la zona proyecta más sombras que luces sobre la cuestión. Así, el campo Zafiro ha sido objeto de controversia y tensión con Nigeria, que a su vez tiene un contencioso abierto con Camerún por el mismo motivo. Debe recordarse que Zafiro está muy próximo a los yacimientos nigerianos, y que ya fue necesaria una ardua negociación que dejó cicatrices en las relaciones entre ambos países.

Guinea Ecuatorial tiene otro frente abierto con Gabón, sobre las islas Mbnie, Cocoteros y Conga, también por límites de aguas territoriales, que puede implicar a Santo Tomé y Príncipe. Se trata de tres islas minúsculas, la mayor de 30 hectáreas, en la Bahía de Corisco, pero con una importante potencialidad petrolífera[24]. En síntesis, las fronteras marítimas y su discusión, son un problema potencial que requiere actuación preferente.

A pesar de los pactos firmados en 2000 y 2002 entre Guinea Ecuatorial y Nigeria, no es seguro que el conflicto no pueda activarse en el futuro, por lo que ambos países deberían hacer un esfuerzo definitivo de definición de los límites, que deberían ser sancionados internacionalmente. Esta reflexión se extiende a las fronteras de Guinea Ecuatorial con las otras naciones del entorno y, como se ha indicado, muy especialmente con Gabón.

En los próximos años, es más que previsible que se descubran nuevos yacimientos que pueden volver a recrudecer los conflictos fronterizos. Si bien desde el punto de vista del negocio petrolífero existe el instrumento de la “unitización”, o distribución de un yacimiento cuando éste se extiende en parcelas o territorios de distinta titularidad, en términos de política internacional, no siempre es aplicable si no se parte de una precisa definición de fronteras.

Este asunto, con implicaciones políticas y económicas requiere solución en el próximo futuro y el gobierno ecuatoguineano debe prestarle atención y medios, toda vez que es garantía y seguridad para la generación continua de los recursos más importantes con que cuenta el país.

Otras infraestructuras energéticas: activos y carencias


Si bien desde el punto de vista estricto de volumen de consumo y de nivel de población puede ser discutible la necesidad de disponer de instalaciones de refino en el país, sin embargo por extensión del territorio y como motor de industrialización sería útil disponer de una refinería de dimensiones adecuadas que proporcionaría productos petrolíferos para el consumo interno, ahorraría importaciones, liberaría excedentes para la exportación y permitiría obtener valor añadido al petróleo extraído de los campos propios, bien al ser destilado en las instalaciones o al ser intercambiado por otros crudos capaces de adaptar el barril refinado al barril demandado. Además, una refinería proporcionaría seguridad y continuidad en los suministros, ahora dependientes de zonas limítrofes no siempre estables. Sin embargo, hasta hoy no ha sido así y, por tanto, Guinea Ecuatorial carece de industria de refino.

El consumo doméstico de productos petrolíferos, gasolinas, gasóleos y combustible de aviación debe estar en el entorno de los 2000 bbl/d, que son suministrados por Getotal, tras ser importados en su totalidad.

Getotal está participada por el Estado ecuatoguineano (20%) y por la compañía francesa Total (80%) y actúa en régimen de cuasi monopolio. Reconociendo que la implantación de un mercado más libre no es fácil, debe procederse en este terreno con gran prudencia y con razonables garantías de éxito, pero sin duda un mercado más libre debe ser preferido a la actual situación. En cualquier caso, el consumo es bajo y se cubre desde depósitos de almacenamiento situados en Bata y Malabo, en condiciones no siempre adecuadas.

El país carece de red de oleoductos, transportándose los productos por barcaza o carretera. Dado lo diseminado de algunos núcleos de población y lo atomizado del consumo, junto con el muy bajo nivel de industrialización, es comprensible la carencia de infraestructuras de trasporte por tubo, que se justificarían plenamente si existiera una refinería, ya que un oleoducto permitiría además de exportar, suministrar el producto a zonas claves del mercado y distribuir desde allí con otros medios.

En energía eléctrica, la capacidad instalada está en torno a 25 megavatios (MW), de los que 5Mw se sitúan en el continente. Estos 5Mw se generan en su 90 % en térmicas de fuel y el 10 % es hidroelectricidad. La isla de Bioko dispone de dos centrales de fuel y una de hidroelectricidad que cubre una producción de algo más de 10 Mw. Recientemente, ha entrado en servicio la nueva central de 10.5 Mw de Punta Europa que carga gas natural procedente del yacimiento Alba. Como se ve, la vinculación de la generación eléctrica a los hidrocarburos es muy notable.

La propiedad de las instalaciones de generación corresponde al Estado de Guinea Ecuatorial a través de la empresa Segesa. En electricidad, las carencias son numerosas. Estas instalaciones, alguna de ellas modernas como la de Punta Europa, sin embargo presentan un nivel y calidad de gestión muy mejorables. La red deja mucho que desear. Debe contemplarse con preocupación el irregular suministro que además de reflejar baja calidad de servicio impide, como un factor más, el establecimiento de industrias, salvo que se diseñen con medios propios de generación, lo que encarece los costes de producción y resta competitividad al sistema económico.

Como se ha indicado, el balance de energía muestra una fuerte dependencia del petróleo, más del 90%, cifra que debe considerarse alta, especialmente ante la necesidad de importar los productos petrolíferos por la inexistencia de refino. Esta es una debilidad que debería subsanarse, como ya se ha dicho, y que es paradójica al disponer de fuertes producciones y reservas de crudo.

La segunda fuente de aportación es el gas natural que podría ser, especialmente en Bioko, una fuente energética de mayor relevancia. El país carece de fuentes renovables capaces de aportar esta energía en cifras mínimamente significativas.

Por tanto, una tarea pendiente es reequilibrar el balance energético, evitando la fuerte dependencia de productos petrolíferos de importación. También extender la red eléctrica y mejorar considerablemente su eficacia para llegar a zonas pobladas más distantes con suministro eléctrico sin interrupción.

Respecto al binomio energía-medio ambiente, aún no se ha desarrollado la necesaria sensibilidad para regular los aspectos e implicaciones de un asunto de tanta importancia.

Presencia internacional, llegada de China y Rusia. Ausencia de España

Como es habitual en todos los países productores, la capacidad de inversión que requieren las actividades relacionadas con hidrocarburos, la asunción del riesgo y la tecnología son factores que limitan la presencia a sólo compañías potentes. Por cierto, es de esperar que la hasta ahora ausencia de empresas españolas pueda resolverse en el futuro, cuando se hagan los esfuerzos necesarios para superar los obstáculos que lo han impedido.

Durante el tiempo en que Guinea Ecuatorial fue colonia española, Hispanoil y otras empresas realizaron estudios más o menos preliminares de sísmica y exploración que razones políticas truncaron. Posteriormente, el régimen guineano prefirió vincularse a otras áreas de influencia, Francia y Estados Unidos, circunstancia que propició la presencia de empresas de esas nacionalidades, con un balance final claramente inclinado hacia las compañías americanas.

Con independencia de todos estos factores y de la pérdida de oportunidad que haya podido suponer para España, la realidad es que casi siempre las mismas empresas están en todos los países productores. Ahora bien, si más de una docena y media de empresas de diferentes países están operando en Guinea Ecuatorial, parece razonable que las empresas españolas ocupen un papel más activo y más alineado con la historia y el pasado común. En el Cuadro 12 se han recogido las empresas más activas en Guinea y su país de origen.

Por varias razones, la presencia norteamericana ha sido mayoritaria en el país. A la indudable capacidad técnica y financiera de sus empresas se ha unido la cobertura diplomática de que han dispuesto las compañías de esa nacionalidad, a pesar de que no todos los momentos han sido “dulces” entre ambos países. De hecho, la Embajada de Estados Unidos se cerró en 1995, volviéndose a abrir en 2002, seguramente como consecuencia de la importancia que para entonces estaban ocupando ya las inversiones norteamericanas en el país, que debieron presionar a su gobierno para reabrir la representación. Por otra parte, no es casual que varias conferencias internacionales de Gepetrol se hayan celebrado en Houston y con el patrocinio de empresas estadounidenses.

Un factor nuevo a destacar es la presencia de China, que se ha sentido atraída por la producción real y potencial de hidrocarburos, China está presente a través de The Chinese Nacional Offshore Oil co., CNOOC. En este momento China es ya el segundo comprador de crudo ecuatoguineano, por detrás de Estados Unidos.
 
 

http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/Elcano_es/Zonas_es/Economia+Internacional/DT+26-2007

 
   
   

      

   

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